El Consejo Mundial de Iglesias (CMI) comunica con tristeza la muerte de la Dra. Marga Bührig, en Binningen (Suiza), la noche del 12 al 13 de febrero, a la edad de 86 años. De 1983 a 1991, Marga Bührig fue una de las tres mujeres presidentas en el Presídium del CMI integrado por ocho miembros. Como moderadora del Grupo Preparatorio de la Convocación Mundial sobre Justicia, Paz e Integridad de la Creación desempeñó una función muy activa en la planificación de esa conferencia celebrada en Seúl (Corea), en 1990.

Nacida en Berlín, Marga Bührig se crió en Suiza. Estudió alemán, literatura e historia antes de seguir estudios teológicos . Marga Bührig fue una de las fundadoras de la Federación de Mujeres Protestantes Suizas y del movimiento "Mujeres por la Paz". De 1959 a 1981, trabajó en la Academia Evangélica de Boldern de la que fue directora en 1971. De 1976 a 1982, fue asimismo presidenta de la Asociación Ecuménica de Academias y Centros de Formación de Laicos en Europa.

Hace pocos años, cuando tenía algo más de 80 años, Marga Bührig habló en una reunión pública de lo que ella llamaba sus dos "corrientes de vida": "el movimiento de mujeres en sus diversas fases" y "el firme fundamento y movimiento liberador del amor divino, incluso en un mundo de crueldad y destrucción: la visión de una comunidad humana que sigue el ejemplo de Jesucristo".

Dijo entonces: "Siempre he deseado pertenecer a movimientos y grupos que habrán de continuar cuando yo ya no esté, como si quisiera probar que todo lo que he tratado de hacer junto con otros no ha sido en vano. Creo que ese deseo se ha cumplido."

El secretario general del Consejo Mundial de Iglesias, Dr. Konrad Raiser, rindió el siguiente homenaje a la Dra. Marga Bührig:

Con un sentimiento de tristeza, así como con profundo reconocimiento, el Consejo Mundial de Iglesias se despide de Marga Bührig, doctora en filosofía, fallecida a la edad de 86 años. La Dra. Marga Bührig era conocida en el Consejo Mundial de Iglesias y en el Movimiento Ecuménico desde que participó como invitada en la Segunda Asamblea del CMI en Evanston, en 1954. Gracias a su colaboración con la Academia Evangélica de Boldern (1959), de la que fue directora de 1971 a 1981, así como con la Asociación Ecuménica de Academias y Centros de Formación de Laicos en Europa, de la que fue presidenta de 1976 a 1982, aportó una contribución decisiva al avance del ecumenismo en Suiza y en Europa. Su compromiso, caracterizado por una gran independencia, era ante todo un compromiso con el movimiento de mujeres y con la lucha por la justicia y la paz. Con ocasión de la Asamblea del Consejo Mundial de Iglesias en Vancouver, en 1983, Marga Bührig fue elegida presidenta en el Presídium del CMI, integrado por ocho miembros; por primera vez, tres mujeres formaban parte del órgano representativo supremo del Consejo Mundial de Iglesias. De 1988 a 1990, fue además moderadora del Grupo Preparatorio de la Convocación Mundial sobre Justicia, Paz e Integridad de la Creación y, en febrero de 1990, fue comoderadora de esa conferencia que tuvo lugar en Seúl.

La enumeración de los mandatos oficiales de trabajo que recibió y de sus cargos honoríficos, por más completa que sea, no puede dar cuenta de la influencia excepcional que tuvo Marga Bührig. Vivía literalmente de sus relaciones con los otros, sobre todo con las mujeres. Las instituciones y las estructuras le eran más bien ajenas. Hasta una edad muy avanzada, continuó viviendo en constante movimiento. Y definió con estas palabras el impulso fundamental que orientó su vida: "Amar la vida con pasión - buscar la justicia con pasión". Marga Bührig supo transmitir esa pasión, que le permitió ir más allá de muchas convenciones y prejuicios, a varias generaciones de mujeres, como una pulsión liberadora y una fuente de coraje. En 1987, publicó una autobiografía con el título: "Spät habe ich gelernt, gerne Frau zu sein" (tarde aprendí a sentir la alegría de ser mujer), que ha estimulado a muchas mujeres, más allá de los medios ecuménicos y eclesiásticos, a vivir como mujeres, conscientes de sí mismas. Desde el principio, fue una pionera de la teología feminista y de la búsqueda de nuevas formas de vida como mujer y como mujer en la iglesia.

Su compromiso de toda una vida con las actividades de formación ecuménica de los laicos despertó en ella, al mismo tiempo, su pasión por la justicia y la paz. Su orientación fundamental hacia una vida centrada en la relación con los otros hizo que tuviera una actitud de recelo respecto de las estructuras de poder y de dominación en la iglesia y en la sociedad. Como cofundadora del movimiento "Mujeres por la Paz" en Suiza recibió críticas de medios políticamente influyentes de su país. Estaba convencida de que las mujeres, gracias a su experiencia de vida, tienen una contribución única que aportar para la solución de los conflictos, que no se ha tenido en cuenta suficientemente hasta ahora. De ahí que la última gran preocupación de su agitada vida fuera el proceso conciliar en favor de la justicia, la paz y la integridad de la creación. Contra muchas resistencias, hizo suya esta visión ecuménica esencial que, a su parecer, estaba directamente vinculada con la visión bíblica del Reino de Dios.

Marga Bührig nunca se interesó por desempeñar un papel público. Así fue que su primera reacción ante su elección en el Presídium del Consejo Mundial de Iglesias fue la de no aceptar. Sentía un verdadero rechazo en relación con la participación en estructuras de poder y de dominación sobre otros. Sin embargo, precisamente por esa actitud intrínsecamente independiente y generosa, caracterizada por una intensa espiritualidad, y una predisposición a compartir el poder y a empeñarse en que fuera posible la igualdad de posibilidades y la participación, sobre todo para los marginados, deja huellas profundas en la vida de muchas personas, mujeres y hombres, para quienes su vida seguirá siendo fuente de inspiración. Quienes han estado a su lado en la peregrinación ecuménica conservarán de ella un recuerdo lleno de gratitud.