“Tenemos miedo, seamos honestos. Tenemos miedo de empezar a utilizar un método de consenso y que sea mal interpretado”, expresó el Rev. Fernando Enns, de la Iglesia Menonita de Alemania, en el marco del Comité Central del CMI, al referirse a las recomendaciones realizadas por un comité de referencia, y que condujeron a aprobar el documento presentado por la Comisión Especial sobre la participación de los Ortodoxos.

Durante la sesión, se aceptó el método de consenso para los procesos de toma de decisiones, el cual se utilizará a modo de prueba a partir del próximo Comité Central del CMI y con un reglamento borrador para la implementación de esta nueva metodología. El método de consenso se usará como experimento durante los dos próximos comités centrales, hasta la próxima Asamblea General, que se celebrará en Porto Alegre, en el año 2006. Se espera que durante este período se pueda comprobar el funcionamiento del mismo.

Después de un amplio debate, el Comité Central también aprobó la propuesta de crear una comisión que continuará trabajando en aquellas cuestiones pendientes sobre la participación de los ortodoxos en el CMI. El comité estará compuesto por 14 miembros, con igualdad de oportunidades para los ortodoxos y los representantes de otras denominaciones, así como con moderadores conjuntos.

“Debemos cuidarnos porque en nuestro análisis sigue apareciendo la diferencia entre ortodoxos y no ortodoxos”, expresó el Obispo Aldo Etechegoyen, de la Iglesia Metodista Evangélica de Argentina, quien insistió en que el nuevo comité debía continuar trabajando pero sin tener un título que reflejara la separación denominacional. “Por ese camino no llegaremos al consenso que queremos llegar”, añadió.

Otras de las cuestiones significativas aprobadas fue el uso de cultos confesionales y cultos interconfesionales en futuras asambleas y comités centrales del CMI, así como en otros eventos y hacer una clara distinción en lo que respecta a cuál de los dos tipos se utilizará.

En lo concerniente a la membresía de las iglesias, se aprobaron dos categorías: por un lado las iglesias miembros pertenecientes a la comunidad del CMI, con plenos derechos a voz y votos y por otro, las iglesias en Asociación con el CMI, que podrán participar en la vida del CMI, tendrán voz, pero no podrán votar.

Se aprobó también aumentar de 25.000 a 50.000, el número mínimo de miembros con que deben contar las iglesias para solicitar la membresía en la comunidad del CMI.

A pesar de las dudas y miedos todavía presentes, existe la gran esperanza de que los cambios conduzcan un nuevo momento en la vida de la organización.