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Foto: Albin Hillert/CMI

Foto: Albin Hillert/CMI

La adopción de medidas concretas por parte de las iglesias en todas partes es necesaria para contrarrestar el flagelo persistente de la violencia sexual y de género, insta el Consejo Mundial de Iglesias (CMI), en un llamado de queja emitido desde Uppsala (Suecia).

En la reunión del 2 al 8 de noviembre, el Comité Ejecutivo del CMI escuchó un amplio debate sobre la violencia de género surgido a raíz de las presentaciones ofrecidas por la moderadora y el secretario general, y emitió una declaración pública sobre lo que las iglesias pueden hacer al respecto.

El contexto incluye informes sobre el aumento de los abusos, la violencia y la violación de mujeres, especialmente en lugares de conflicto, migración, guerra y caos social, así como a través de prácticas culturales, como el llamado matrimonio infantil y la mutilación genital femenina.

La reciente concesión del Premio Nobel a Denis Mukwege y Nadia Murad supone un estímulo para todos aquellos que trabajan para poner fin al uso de la violencia sexual como arma de guerra, afirma el comité, al igual que para los movimientos por la justicia de género.

Las propias iglesias deben asumir cierta responsabilidad por su “cultura del silencio” en torno a los asuntos de género, reconoce la declaración, pero las iglesias también están bien posicionadas para desempeñar un papel constructivo.

“Las cuestiones relacionadas con el comportamiento sexual humano y las relaciones de género dentro de la familia son un tabú en muchas iglesias y comunidades de iglesias, lo que impide que la iglesia sea un lugar seguro y de protección para las mujeres que son víctimas o están amenazadas por la violencia sexual y de género. La iglesia debe contribuir activamente a la eliminación de este tipo de violencia y abuso”.

La declaración sugiere medidas concretas que pueden tomar las iglesias, y destaca la campaña los Jueves en negro como un vehículo de acción adecuado para las iglesias, grupos de iglesias y organizaciones asociadas.

La iniciativa de sensibilización mundial para combatir la violencia de género y la violación, los Jueves de negro, constituye el eje central de una serie de iniciativas y programas afines del CMI: la Comunidad Justa de Mujeres y Hombres; el Compromiso de las iglesias con la niñez, en asociación con UNICEF; las Iniciativas Ecuménicas y Acción Mundial sobre el VIH/SIDA; y los esfuerzos del CMI-AEAM para combatir el VIH y el SIDA.

Recientemente, activistas, teólogos y líderes eclesiales se dieron cita en Kingston (Jamaica) para conmemorar el 20º aniversario del fin del Decenio Ecuménico de las Iglesias en Solidaridad con las Mujeres (1988-1998), donde los participantes recordaron las historias de la anterior generación.

No obstante, dice la declaración: “La realidad actual parece aún más brutal, con tantas niñas en campos de refugiados “casadas” como protección contra la violencia sexual; la persistencia de la violación y la violencia sexual como armas de guerra; tantas vidas perdidas o arruinadas por la discriminación basada en el género, la raza, la pobreza o la sexualidad humana; e instituciones políticas y sociales, incluida la iglesia, que siguen dando muestras de misoginia, impunidad y discriminación, a pesar de las duras batallas libradas por tantos para lograr la equidad y la liberación”.

La declaración sugiere que las iglesias intervengan activamente para centrarse en los problemas y darles solución en todos los niveles.

Lea la declaración completa del Comité Central

Más información sobre los Jueves de negro

Lo que los Jueves de negro significan para el cuerpo único de la iglesia (en inglés)

Declaraciones de la secretaria general adjunta del CMI, Isabel Apawo Phiri, sobre la conmemoración del Decenio Ecuménico de las Iglesias en Solidaridad con las Mujeres (en inglés)