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La mejor manera de mostrar las dimensiones espirituales y morales del cambio climático es destacar cómo afecta a las personas más pobres y más vulnerables, dice el Patriarca Ecuménico Bartolomé en su mensaje para celebrar el 1° de septiembre como día de oración por la creación de Dios.
Aunque "aumenta la sensibilización de la gente con respecto a la crisis medioambiental", la situación del planeta es causa de grave preocupación, afirma, Bartolomé. El hecho de que "el cambio climático pueda trastornar y destruir todo el ecosistema" es una "situación trágica", que se deriva de "opciones y acciones " humanas e implica "un problema moral y espiritual".
"Es especialmente preocupante el hecho de que los miembros más pobres y más vulnerables de la raza humana sean los más afectados por los problemas medioambientales que ellos no han creado", afirma el Patriarca Ecuménico.
Bartolomé insiste en la necesidad de una "ética medioambiental, que destaque que la utilización del mundo y el disfrute de los bienes materiales deben ser eucarísticos, ir acompañados de una doxología hacia Dios". Por otra parte, afirma, "el abuso del mundo [ ] es pecado tanto ante Dios como ante la humanidad".
El comité central del Consejo Mundial de Iglesias (CMI), en su reunión del pasado febrero, instó a los miembros del Consejo "a que, cada año, empezando el 1° de septiembre, celebren con oraciones y actos un día especial dedicado a la creación, su cuidado y custodia". El comité instó también a "encontrar formas específicas de mostrar nuestra solidaridad ecuménica con quienes se hallan en mayor peligro", especialmente los pueblos y comunidades del Pacífico.
El difunto Patriarca Ecuménico Dimitrios pidió el 1° de septiembre de 1989, que se celebre el Día de la Creación el primer día de septiembre (comienzo del año litúrgico en la Iglesia Ortodoxa)
Nota del comité central sobre el calentamiento terrestre y el cambio climático (febrero de 2008)
Labor del CMI relacionada con el "Cambio climático y el agua: al servicio de la creación"