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La reunión se cerró con un culto el 8 de julio en la iglesia de Bethanienkirche, Leipzig, Alemania. Photo: Marianne Ejdersten/WCC

La reunión se cerró con un culto el 8 de julio en la iglesia de Bethanienkirche, Leipzig, Alemania. Photo: Marianne Ejdersten/WCC

En un emotivo culto celebrado el 8 de julio en la Iglesia Betania de Leipzig (Alemania), un pastor de Corea del Norte y un pastor de Corea del Sur presidieron conjuntamente la sagrada comunión, poniendo fin a una reunión que subrayó la necesidad de formular respuestas ecuménicas urgentes ante la peligrosa escalada de las tensiones en la península de Corea.

El obispo Hee-Soo Jung, de la Iglesia Metodista Unida en los Estados Unidos, pronunció un sermón en el que observó que no podemos seguir viviendo como si las vidas de los demás no fueran de nuestra incumbencia.

“Nosotros, que seguimos a Jesús, estamos conectados porque Dios nos ha reunido”, dijo el obispo Jung, que también es presidente de la Junta General de Ministerios Globales. “Estamos conectados a Dios, a Jesús y los unos con los otros. Nuestras vidas están conectadas, nos guste o no”.

Con las palabras de Jung se clausuró oficialmente una reunión del Foro Ecuménico para la Paz, la Reunificación y la Cooperación al Desarrollo en la Península de Corea (abreviado Foro Ecuménico para Corea, FEC), celebrada en Leipzig (Alemania) el 7 y el 8 de julio. Treinta y dos representantes de iglesias y organizaciones afines de la República Popular Democrática de Corea, la República de Corea y siete otros países participaron en la reunión auspiciada por la Comunión Mundial de Iglesias Reformadas (CMIR) y el Consejo Mundial de Iglesias (CMI).

El FEC, convocado y moderado por el CMI, fue inaugurado en 2006 como una red de iglesias, consejos nacionales de iglesias, organizaciones misioneras y organismos de desarrollo relacionados con las iglesias.

Hacerse uno con Cristo empieza con nuestra propia práctica y con la aceptación incondicional de los demás, abrazándolos como si fueran nuestros parientes más cercanos, explicó Jung. “Este acto mutuo de aceptación sería amor, la entrada al reino de Dios. Amarlos tal como son. Alegrarnos de esta relación de amor en la casa de Dios”.

La invitación al amor es hacer que la vida de una persona se convierta en la búsqueda de un tesoro para encontrar todo lo que se puede amar en la vida de esa persona, observó. “Es una búsqueda que tiene por objeto descubrir lo que está detrás, debajo de los detalles desagradables”.

Jung y otros participantes en la reunión se comprometieron a irse con la determinación de trabajar juntos por la paz y la unidad.

“Creemos que las guerras y el militarismo hacen que estemos menos seguros en vez de protegernos, que destruyen, hieren y traumatizan a los adultos, los niños y los recién nacidos, causan graves daños al medio ambiente, erosionan las libertades civiles, y desangran nuestras economías, drenando los recursos de las actividades que afirman la vida”, explicó. “Nos comprometemos a prestar apoyo y colaboración a los esfuerzos no violentos para acabar con todas las guerras y preparativos bélicos, y crear una paz justa y sostenible”.

Promesas de todas las familias de iglesias y todos los países para asentar la paz en la península de Corea (Comunicado de prensa del CMI, 12 de julio de 2017)

Iglesias miembros del CMI en Corea

Declaración de la CMIR sobre la península de Corea del 7 de julio de 2017 (en inglés)

Declaración del CMI sobre la península de Corea del 11 de junio de 2017