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Obispa Helga. Foto: Albin Hillert/CMI

Obispa Helga. Foto: Albin Hillert/CMI

Marianne Ejdersten*

Este año se cumplió el V Centenario de la Reforma que fue conmemorado durante todo el año. Muchas cosas sucedieron en el mundo. La Reforma es permanente en iglesias de todas partes del mundo. Constantemente se mantienen discusiones sobre cómo debería ser la iglesia hoy en día y cómo llegar con el evangelio. Este año, Noticias del CMI se reunió con la obispa Helga Haugland Byfuglien, una de las mujeres más prominente y con mayor experiencia de los obispos luteranos del mundo.

La obispa Helga es la obispa presidenta de Noruega, cargo que en otros países equivale al de arzobispa. Sirvió como obispa durante 12 años y desde hace seis es Preses (obispa presidenta). Nos reunimos con ella en Oslo el día antes de la entrega del Premio Nobel de la Paz a  la Campaña Internacional para Abolir las Armas Nucleares (ICAN por su sigla en inglés) que le fuera otorgado por su labor para acabar con dichas armas. Movimiento popular por la paz, ICAN recibe este año ese premio por su trabajo. La ciudad está llena de amantes, militantes y defensores de la paz de todas las edades y todas partes del mundo. La obispa Helga dirigirá el servicio religioso en nombre de la paz que tendrá lugar a las 17.00 en la Iglesia de la Santa Trinidad de Oslo. El Rev. Dr. Olav Fykse Tveit, secretario general del Consejo Mundial de Iglesias (CMI), fue invitado a predicar sobre el tema Construir la paz es un trabajo sagrado. Vamos juntas del hall de la iglesia hasta la Iglesia de la Trinidad,  charlando con entusiasmo del rol de la Iglesia de Noruega en el país y de la separación de la iglesia y el Estado desde el 1 de enero de este año. La obispa Helga señala la importancia que reviste ser una iglesia pertinente hoy en día e interpretar los signos del tiempo con profundidad espiritual. Caminamos por las calles de Oslo y cruzamos a una cantidad de personas que sonríen al reconocerla con su camisa de obispa, un chal morado, un tapado de invierno y botas altas. Ella les sonríe y charla con algunas. Es como caminar en medio del pueblo con el sacerdote local.

La madre un modelo de rol

El comienzo de la vida de la obispa Helga fue duro, pues apenas a los dos años perdió a su padre que era pastor. Olaug, su madre, crió sola a sus seis hijos, incluidos los mellizos que nacieron después de la muerte de su esposo.  Se mudó a un piso con los niños, los cuidó y creó un hogar seguro. Al mismo tiempo, estudió y se diplomó en magisterio. También era activa en el consejo de la iglesia y había asumido una gran responsabilidad en la parroquia. La madre fue un gran modelo de rol para la obispa Helga, cuarta hija de la familia.

Desde temprana edad, la obispa Helga se puso en contacto con KFUM-KFUK (Asociación Cristiana de Mujeres Jóvenes y Asociación Cristiana de Hombres Jóvenes) de Noruega, lo que le abrió una puerta a la iglesia y a la creación de tareas significativas para la gente joven.

“Llevo conmigo el amor de mi madre y su capacidad de crear seguridad. Ella nos alentó a buscar lo que era adecuado para nosotros.”

La obispa Helga estudió primero en Bergen y después en la Universidad de Teología de Oslo.  Con el paso del tiempo, su vocación sacerdotal iba creciendo en ella. Fue ordenada en Nidaros por el obispo de entonces en una capilla situada provisionalmente en un refugio antibombas. Luego, fue pastora en un suburbio de Trondheim donde se centró en la juventud y las familias con hijos.  Entretanto fundó su familia y con tres hijos pequeños, durante unos años, no le quedó mucho tiempo para hacer otra cosa. Cuando los hijos eran un poquito más grandes, Helga cursó la formación de consejera familiar y durante 11 años tuvo una columna en Vårt land (Nuestro País) una revista de relaciones. Las relaciones, la gente joven y el asesoramiento pastoral son temas constantes en su vida.

“Es importante reconocer a los jóvenes y darles libertad y espacio para que participen en las discusiones y asuman responsabilidad.” Su período de consejera y columnista fue importante y la obispa Helga comenta: “El asesoramiento pastoral en los medios de comunicación requiere competencias particulares, porque uno no ve a la persona en cuestión, solo lee lo que escribe, y hay que atreverse a darle apoyo, orientación y seguridad.”

La obispa Helga cuenta historias del tiempo que pasó en la parroquia diciendo que “es importante estar cercano a la parroquia, vivir juntos y compartir la vida en términos de oraciones y actividades”.

“La historia de mi familia contribuyó a moldearme. Soy Helga y bastante realista. Soy solo una persona ordinaria, soy solo yo misma. Reconozco el valor de las cosas simples y no soy una persona pretenciosa.”

Su humildad es evidente durante toda nuestra conversación. En gran medida, la obispa Helga sigue siendo aquella pastora cálida y simple de la parroquia, a pesar de ocupar el cargo más alto en la Iglesia de Noruega. Ha sido realista y se ha quedado con los medios simples.

La obispa Helga lideró la iglesia de Noruega en uno de sus mayores cambios desde la Reforma: la separación del Estado. Desde el pasado 1 de enero, la Iglesia de Noruega es una comunidad religiosa independiente.

¿De qué manera esa separación cambió la iglesia?

Obispa Helga: “Es el resultado de un proceso largo. Los cambios no son particularmente grandes ni drásticos, pero ahora somos independientes y tenemos que asumir la responsabilidad de las actividades de la iglesia.  Debemos seguir siendo relevantes en la vida de las personas, predicando el evangelio para que puedan vivir con fe y confianza en el evangelio. Asimismo, tenemos la particular responsabilidad de crear las condiciones para que personas de otras religiones ejerzan sus creencias. Tenemos que ser una iglesia moderna para la gente. Seguir un proceso de cambio semejante requiere coraje y paciencia. Establecer una nueva estructura organizacional lleva tiempo. Y, en medio de todos esos debates estructurales, es importante seguir siendo una iglesia.”

La obispa Helga mira con confianza al futuro y el rol de la iglesia de ser una iglesia para todos con un claro enfoque en el evangelio. “Debemos predicar el evangelio para que la gente sienta que la fe da seguridad en la vida, confianza en la vida.”

“El rol de la iglesia es predicar el mismo valor de todas las personas, crear una voz contra la injusticia, motivar y dar esperanza para el cambio.”

La obispa Helga fue nombrada a numerosos cargos de primer orden, tales como líder de KFUM-KFUK, obispa de Borg y también Preses. Además, en los siete últimos años fue vicepresidenta de la Federación Luterana Mundial (FLM).

“Rara vez busqué esos cargos de liderazgo que vinieron a mí como un llamado. Fue difícil decir que no, había un buen motivo para asumir esos roles con gran humildad, apertura y una actitud de escucha.”

Parte de una iglesia mundial

“La designación en la FLM me dio muchas y nuevas percepciones de la vida de los cristianos en otras partes del mundo. Lo que aquí en Noruega damos por sentado, para otros es imposible. Pienso en la visita a Pakistán esta primavera; allí los cristianos son perseguidos y no tienen la misma libertad que nosotros tenemos aquí. Es beneficioso conocer a otros para ampliar las propias perspectivas y ver que aquello que nosotros damos por sentado, no les es dado en absoluto. Soy muy humilde en lo que se refiere al liderazgo de la Iglesia de Noruega.”

La obispa Helga opina que su iglesia tiene mucho que dar a aquellos que tienen muy poco. La Iglesia de Noruega tiene una larga tradición de llevar a cabo esa labor en estrecha cooperación con varias ONG,  entre las que menciona,  KFUM-KFUK, KN (Ayuda de la iglesia Noruega) y numerosas organizaciones misioneras y diaconales. La iglesia también contribuye al desempeño de un importante trabajo diaconal internacional por conducto de la FLM, el CMI y ACT Alianza. “La fe cristiana implica que hemos de pensar en nuestro prójimo, amarlo y apoyarlo de varias formas.”

La obispa Helga considera que labor diaconal internacional implica que voluntarios y personas jóvenes se involucren en Noruega y también trabajen con asociados en el exterior. Alude al Premio Nobel de la Paz, que será otorgado mañana a ICAN,  y comenta que los esfuerzos necesarios para lograr la paz y el desarme nuclear han sido una parte importante de su vida desde el decenio de 1980. “Es inconcebible que en 2017 todavía vivamos bajo la amenaza de las armas nucleares.

Todos queremos la paz. Tenemos que trabajar para lograrla en todo el mundo: sin paz no hay vida ni futuro.”

Nos vamos acercando a la Navidad y hablamos de los disturbios en el mundo, de Oriente Medio, de Corea del Norte y de los Estados Unidos. La obispa Helga considera que las iglesias tienen un rol a desempeñar al respecto, por ejemplo, por conducto del CMI, “dando y mostrando esperanza, mostrando que todo es posible, generando cambio y creando justicia y paz. Ese es el poder del evangelio y la gracia. La iglesia ha de predicar y actuar para que seamos creíbles cuando decimos que hay maneras de lograr la paz y la justicia en el mundo. Tanto aquí en el país como en el resto del mundo en cosas grandes y pequeñas. Juntos y confiando en la ayuda de Dios podemos hacer del mundo un lugar mejor para todos”, concluye la obispa Helga y desea un bendito tiempo de Navidad a todos los lectores.


Helga Haugland Byfuglien, nacida el 22 de junio de 1950 en Bergen, es la obispa presidenta de Noruega. En 2005 fue nombrada obispa de la diócesis de Borg de la Iglesia de Noruega; el 21 de octubre de 2010,  designada Preses (equivalente de arzobispa u obispa presidenta) de la Conferencia de Obispos y el 25 de marzo de 2011, como primera obispa, fue nombrada al nuevo cargo de Preses permanente de dicha conferencia.

La Iglesia de Noruega tiene poco más de 3,7 millones de miembros, lo que equivale al 71,5% de la población y es la mayor iglesia del país con 11 diócesis, 12 obispos (seis hombres y seis mujeres) y unas 1.200 parroquias.

Iglesias miembros en Noruega

*Marianne Ejdersten, directora de comunicación, Consejo Mundial de Iglesias.