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Los participantes de la CMME. Fotografía: Albin Hillert/CMI

Los participantes de la CMME. Fotografía: Albin Hillert/CMI

Los participantes de la Conferencia Mundial sobre Misión y Evangelización (CMME) del Consejo Mundial de Iglesias hicieron público un “Llamamiento al discipulado” el 13 de marzo, último día de la conferencia. Más de mil personas comprometidas con la misión y la evangelización y procedentes de diferentes tradiciones cristianas de todo el mundo se reunieron en Tanzania con motivo de la CMME.

“A pesar de algunos destellos de esperanza, hemos de considerar las fuerzas de la muerte que están alterando el orden mundial e infligiendo sufrimiento a muchas personas”, dice la declaración. “Observamos la sorprendente acumulación de riqueza que se debe a un sistema financiero mundial que enriquece a unos pocos y empobrece a muchos”.

Este sistema imperial mundial ha convertido al mercado financiero en uno de los ídolos de nuestro tiempo y ha fortalecido las culturas de la dominación y la discriminación que siguen marginando y excluyendo a millones de personas, continúa la declaración.

“El discipulado es un don y un llamamiento a colaborar activamente con Dios para transformar el mundo”, recoge la declaración, que luego pasa a enumerar las múltiples maneras en que las personas podrían seguir el llamamiento a un discipulado transformado y transformador.

“Estamos llamados a proclamar las buenas noticias de Jesucristo –la plenitud de la vida, el arrepentimiento y el perdón de los pecados, y la promesa de la vida eterna– de palabra y obra, en un mundo violento donde muchos son sacrificados a los ídolos de la muerte y muchos todavía no han oído el Evangelio”, recoge uno de esos llamamientos.

Otro dice: “Estamos llamados a discernir la palabra de Dios en un mundo que comunica muchos mensajes contradictorios, falsos y confusos”.

Los participantes describieron asimismo su llamamiento a cuidar de la creación de Dios y a solidarizarse con los países que se ven gravemente afectados por el cambio climático.

“Estamos llamados como discípulos a pertenecer juntos a comunidades justas e incluyentes, en nuestra búsqueda de la unidad y en nuestro camino ecuménico, en un mundo que se basa en la marginación y la exclusión”, continúa la lista.

En el documento también se hace hincapié en derribar las barreras y buscar justicia para las personas que son desposeídas y desplazadas de sus tierras, incluyendo a los migrantes, los refugiados y los solicitantes de asilo, y en oponerse a las nuevas fronteras que separan y matan.

“Estamos llamados a seguir el camino de la cruz, que cuestiona el elitismo, los privilegios y el poder personal y estructural”, concluye el documento. “Estamos llamados a vivir a la luz de la resurrección, que ofrece posibilidades de transformación llenas de esperanza”.

Llamamiento de Arusha al discipulado (en inglés)

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