Naveen Qayyum (*)

¿Pueden las mujeres contribuir de manera pujante a la reconciliación y a la tolerancia en comunidades en conflicto? ¿Pueden resolverse las divisiones y separaciones mediante una perspectiva basada en la fe, aunque la religión sea con frecuencia considerada una causa de la violencia?

Estas son algunas de las preguntas decisivas planteadas por 25 mujeres cristianas y musulmanas en una reunión, celebrada del 4 al 7 de septiembre en Gothenburgo (Suecia), en el marco del proceso de diálogo "Avanzar hacia la paz por medio de la religión". Se trató de una iniciativa conjunta del Consejo Mundial de Iglesias y el Instituto de Diálogo Interreligioso de Teherán, apoyada por la diócesis de Gothenburgo de la Iglesia de Suecia.

Experiencias compartidas del conflicto

"Tras vivir la experiencia de la atroz ocupación de Palestina, puedo decir que mi país no es una tierra de piedras, sino de personas. Si existe una esperanza de paz, las mujeres están bien posicionadas para influir en ese proceso codo a codo con los hombres", dijo Lily Habash, una cristiana palestina que trabaja en la administración pública de la Autoridad Palestina en Ramallah, Cisjordania, y luchan por la aplicación de normas éticas en medio de una situación que se ha ido degradando por la violencia de tantos años.

Sus palabras fueron confirmadas por Catherine Oberg-Sadjedi, estadounidense con raíces cristianas y musulmanas, que comenzó a participar en diálogos y movimientos por la paz tras los atentados terroristas de septiembre de 2001 en Nueva York. Oberg-Sadjedi es una cineasta y productora de programas de televisión en Nueva York. Una de sus películas, "Una mujer afgana estadounidense", aborda los problemas relacionados con la identidad musulmana.

"Mi herencia sueca e iraní me colocan en una posición singular que me impulsa a ser un enlace entre las culturas" dijo. Y añadió: "Siento que debo contribuir a la necesidad urgente de entendimiento y diálogo. Ha habido una ola cada vez mayor de reacciones violentas y la comunidad musulmana se ha movilizado rápidamente con otros grupos religiosos, la prensa, las agencias encargadas de hacer respetar la ley, universidades e instituciones culturales para contrarrestar los nefastos estereotipos."

Hacer la paz por medio de la religión

"La fe es una fuente de inspiración en Palestina para las luchas por la solución del conflicto", dijo Habash cuando compartía su experiencia de pertenecer a una minoría cristiana en una zona de conflicto. "La coexistencia pacífica de las diferentes religiones en la ciudad de Jerusalén da sentido a la tolerancia y la unidad en favor de una causa en medio de la pluralidad religiosa", expresó al describir la diversidad religiosa en Palestina como el punto álgido de las luchas en favor de la paz.

"Nosotros, la minoría cristiana en Palestina, podemos ser considerados la comunidad más tolerante. En el transcurso de nuestra historia hemos vivido juntos, sufrido juntos y pasado hambre y luchado juntos por la paz con personas de religiones diferentes a la nuestra. Las relaciones entre cristianos y musulmanes en Palestina pueden ser un ejemplo para el mundo por la forma en que luchamos por la causa nacional en solidaridad unos con otros."

Pensamientos similares fueron expresados por Oberg-Sadjedi: "Creo que es posible lograr la paz por medio de la religión. La historia nos muestra una y otra vez que los conflictos entre diferentes personas surgen principalmente a causa de manipulaciones económicas y políticas, y no por diferencias religiosas. Los valores de una religión pueden inspirar un proceso de paz de forma decisiva. El diálogo interreligioso en los Estados Unidos ha abierto las puertas al entendimiento y la tolerancia en el clima de miedo que se vivió después del 11 de septiembre."

Entender y aceptar al "otro"

"El diálogo en esta reunión nos ha permitido aprender unos de otros, formarnos y escuchar voces diferentes. Esto podría llamarse un primer paso hacia la paz, dado que el diálogo crea una comprensión más profunda de nuestra manera de entender al ‘otro'", dijo Habash.

Y añadió: "el diálogo es una forma de acercarse y de entender al ‘otro', y es esencial porque el/la otro/a también es parte de la ‘verdad'. Derribar las barreras por medio del diálogo interreligioso nos permite darnos cuenta de que podemos aceptar a los ‘otros', y que no somos los únicos que poseen la ‘verdad'."

Las perspectivas de las mujeres influyeron grandemente en la forma en que las participantes en la reunión abordaron los problemas que ponen trabas a la paz en las comunidades y la sociedad. "El hecho de ser mujer influye en la forma en que nos comunicamos unas con otras. Las mujeres hablamos de manera diferente cuando estamos entre nosotras, y solemos abordar los problemas también desde sus aspectos culturales y sociales. Podemos comunicar los problemas que nos preocupan e iniciar el diálogo de forma diferente", dijo Oberg-Sadjedi.

"La religión es un proceso educativo y una forma de organizarnos nosotras y nuestras comunidades. Las mujeres tenemos un gran potencial para hacer un aporte singular a este proceso", añadió Habash.

Cuando se le preguntó lo que ella como mujer pacificadora desearía comunicar al mundo, Oberg-Sadjedi abogó por eliminar los estereotipos relacionados con la religión que utilizan los medios de información: "Como cineasta con antecedentes biculturales, que ha vivido en tres continentes, tengo una manera singular de ver la situación en su conjunto. Cuando se es una ciudadana mundial una tiene un enorme interés en el proceso de paz. Es imposible ver las cosas blancas o negras. Tengo la responsabilidad de comunicar y de mediar entre las culturas a las que creo pertenecer."

[878 palabras]

(*) Naveen Qayyum es cineasta documentalista y miembro de la iglesia del Pakistán. Trabaja actualmente en un proyecto cinematográfico sobre las comunidades musulmanes de inmigrantes en Europa. Qayyum es miembro de la red de mujeres cristianas y musulmanas del CMI.

Más información (en inglés) sobre la reunión de mujeres cristianas y musulmanas

Programa del CMI sobre el diálogo y la cooperación interreligiosos