Los cristianos y las iglesias tienen el cometido de ejercer el ministerio de paz y reconciliación. Este ministerio exige el compromiso ecuménico de las iglesias a la luz de la violencia interpersonal, económica, medioambiental, militar y de otro tipo existente en la sociedad, en las familias e incluso en las iglesias. Durante el Decenio para Superar la Violencia 2001-2010 (DSV), aumentó la concienciación, las iglesias se involucraron, se emprendieron acciones innovadoras y se compartieron recursos.
La Convocatoria Ecuménica Internacional por la Paz (CEIP), que tuvo lugar en 2011, sirvió para compartir los frutos del DSV y para proseguir la colaboración y la acción común sobre la base del Llamamiento Ecuménico a la Paz Justa.
Redes de paz auspiciadas por el CMI continúan el trabajo haciendo especial hincapié en la justicia económica y la justicia climática, así como en la construcción de la paz y las políticas de seguridad.
También se prosiguen varias actividades iniciadas durante el decenio, tales como el Día Internacional de Oración por la Paz, que se celebra el 21 de septiembre de cada año, y las visitas de solidaridad – antes conocidas como las visitas de Cartas Vivas – a las iglesias en situaciones de conflicto. Estas visitas de acompañamiento – que se enmarcan en el ministerio de misión y testimonio de la iglesia – permiten a las iglesias compartir sus experiencias, encarar sus diferencias y promover la resolución pacífica de conflictos, la reconciliación y el perdón.
El concepto de paz justa, formulado en la CEIP, será uno de los principales temas teológicos durante los próximos años y queda reflejado en el tema de la 10ª Asamblea del CMI que tendrá lugar en 2013: “Dios de vida, condúcenos a la justicia y la paz”.