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Aboum ofició un momento de oración en conmemoración por los miembros de la comunidad de iglesias del CMI que han fallecido desde la última reunión del Comité Ejecutivo. Su eminencia el arzobispo Seraphim (Kykkotis) de Zimbabue dirigió las oraciones de apertura y clausura.
Aboum compartió su punto de vista sobre lo que inspira la labor del CMI, observando que el mundo todavía está librando una dura batalla contra la COVID-19. “La pandemia ha interrumpido bruscamente el impulso hacia el logro de la agenda de desarrollo, provocando la crisis económica y social más profunda que el mundo ha conocido a lo largo del último siglo”, dijo.
Aboum también indicó que, según el Programa Mundial de Alimentos, diez millones de niños podrían padecer desnutrición aguda. “Junto con el distanciamiento social, el aislamiento de los casos positivos y el rastreo de contagios, lavarse a menudo las manos con agua y jabón constituye una de las medidas más importantes para impedir la transmisión de la COVID-19”, afirmó. “No obstante, muchas personas todavía no disponen en sus casas de instalaciones destinadas a lavarse las manos con agua y jabón”.
El drástico aumento de la violencia sexual y física contra las mujeres y las niñas en los últimos doce meses es motivo de gran preocupación, prosiguió Aboum. “Y es posible que siga aumentando a medida que las preocupaciones por la seguridad, la salud y el dinero avivan la tensión y la presión y se ven acentuadas por las condiciones de hacinamiento y confinamiento durante el período de COVID-19 y después”, advirtió, añadiendo que el ciberacoso también está en auge.
Asimismo, Aboum expresó preocupación por el resurgimiento y el ascenso de gobiernos autoritarios. “Si bien ciertas directivas como el confinamiento o las restricciones de viaje se consideran positivas para mitigar la propagación del virus a corto plazo, esta tendencia da margen de maniobra a los gobiernos para infringir los derechos humanos, incluso en el futuro, si no son revocadas, revisadas y refutadas”.
Sauca dijo que el CMI sigue tratando de alcanzar el objetivo de la unidad visible. “En el camino, seguimos aprendiendo unos de otros lo que significa ser esta comunidad de iglesias comprometida en descubrir la unidad de la fe apostólica y vivir en ella, y dar un testimonio común al mundo de cómo la unidad cristiana y la unidad de la humanidad y toda la Creación están interrelacionadas”, dijo.
También proporcionó un fundamente teológico para el tema de la próxima 11ª Asamblea del CMI, “El amor de Cristo lleva al mundo a la reconciliación y la unidad”. Este tema está siendo interpretado por la comunidad de iglesias del CMI de diversas maneras que promueven el diálogo con personas de todo el mundo y de muchas religiones, observó Sauca.
“El amor de Cristo abre un horizonte de esperanza”, afirmó. “Es sin duda el designio de Dios llevar a la totalidad del mundo y del cosmos a la reconciliación y la unidad”.
La Asamblea tendrá lugar en Karlsruhe (Alemania) en septiembre de 2022.
Por otra parte, Sauca informó de que el presupuesto relativo a los gastos de programas para 2021 no excede los fondos disponibles y no requiere utilizar las reservas generales. Asimismo, proporcionó información actualizada sobre el proyecto del “Green Village”, incluidas las recomendaciones para la fase tres relativa a los edificios de oficinas Estocolmo y Durban.
