El Comité director de Nicea 2025, formado por teólogos de distintas regiones y tradiciones eclesiásticas, se reunieron del 9 al 13 de octubre en el castillo de Bossey, a las afueras de Ginebra, para elaborar los planes de la conferencia mundial, que probablemente tendrá lugar en el tercer trimestre de 2025.
Organizada por la Comisión del CMI sobre Fe y Constitución, se prevé que la conferencia gire en torno a la pregunta de “Where now for visible unity?” (“¿Por dónde seguir el camino hacia la unidad visible?”), y se centrará en la fe, la unidad y la misión.
La conferencia mundial reunirá a dirigentes eclesiásticos y teólogos de diferentes tradiciones con el propósito de reafirmar el compromiso del CMI de ayudar a las iglesias en su llamado mutuo a la unidad visible y promover la unidad de la humanidad y de toda la creación.
“La división del mundo, sumido en profundos conflictos y guerras, es un escándalo”, dijo la moderadora de la Comisión de Fe y Constitución, la Rev. Prof. Dra. Stephanie Dietrich, en su intervención de apertura de la reunión del grupo director; “Como también lo es la desunión de la iglesia cristiana”, prosiguió Dietrich, de la Iglesia de Noruega.
El Primer Concilio Ecuménico fue una reunión de obispos cristianos en Nicea —hoy İznik, en la actual Turquía— que constituyó el primer intento de alcanzar un consenso en la iglesia a través de una asamblea que representara a toda la cristiandad.
Fue un “momento decisivo para la iglesia”, dijo la moderadora del grupo director de Nicea 2025, la Rev. Prof. Dra. Sandra Beardsall, de la Iglesia Unida del Canadá, en su discurso para presentar la reunión; “Fue un momento que ni siquiera el cristiano más esperanzado podría haber imaginado dos décadas antes”.
En Nicea, los cristianos que poco antes habían visto cómo quemaban sus libros y saqueaban sus edificios, cómo encarcelaban, torturaban y martirizaban a sus líderes, ahora podían reunirse bajo el patrocinio del Emperador para definir su fe y testimonio ante la sociedad que les rodeaba.
El Concilio de Nicea es el origen del Credo de Nicea, que comienza con la afirmación “Creemos en un solo Dios” y es recitado por cristianos de muchas tradiciones eclesiásticas. También fijó una fecha común para que las iglesias celebraran la Pascua, aunque con el tiempo el cristianismo oriental y el occidental adoptaron calendarios diferentes para calcular la fecha, y ahora sus celebraciones no suelen coincidir.
El Rev. Prof. Dr. Jerry Pillay, secretario general del CMI, se dirigió al grupo director en Bossey.
Señaló que, paralelamente a la conferencia mundial, los actos conmemorativos del aniversario de Nicea en 2025 incluirán la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos (del 18 al 25 de enero de 2025 en el hemisferio norte) que se centrará en el Credo de Nicea. El año 2025 será también uno de esos años en que las iglesias orientales y occidentales celebrarán la Pascua en la misma fecha, el 20 de abril.
Los miembros del grupo director presentaron reflexiones para ahondar en el análisis del tema de la conferencia mundial. Entre los temas abordados destacan la fe apostólica en el contexto del cristianismo mundial, la celebración común de la Pascua, la relevancia contemporánea de la fe nicena, los modelos de unidad eclesiástica, conciliaridad y sinodalidad, el amor trino de Dios como modelo misionológico, la relación entre las iglesias y las potencias imperiales, y la cuestión del papel de la mujer y Nicea.
“La fe nicena sigue siendo el fundamento de nuestra vida cristiana, uniendo a los cristianos hasta la actualidad”, afirmó el Dr. Andrej Jeftić, director de Fe y Constitución. “Por tanto, tiene sentido que tomemos Nicea como punto de partida para reflexionar sobre nuestra búsqueda de la unidad visible hoy en día”.
Las conferencias mundiales sobre Fe y Constitución se han celebrado en momentos clave de la historia del movimiento ecuménico. La primera de estas conferencias se celebró en 1927 en Lausana (Suiza), y el movimiento Fe y Constitución fue una de las corrientes que condujeron a la creación del CMI en 1948. La conferencia más reciente tuvo lugar en 1993 en Santiago de Compostela (España).