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 Rev. Dr. Odair Pedroso Mateus, director de la Comisión de Fe y Constitución del CMI. Fotografía: Albin Hillert/CMI

Rev. Dr. Odair Pedroso Mateus, director de la Comisión de Fe y Constitución del CMI. Fotografía: Albin Hillert/CMI

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El trabajo por la unidad de la iglesia es inseparable del trabajo por la unidad de la comunidad humana y el conjunto de la creación, según el director de Fe y Constitución del Consejo Mundial de Iglesias (CMI).

“La unidad de la iglesia es la esencia de lo que significa ser ecuménico” señaló el Rev. Dr. Odair Pedroso Mateus en su ponencia en la sesión plenaria del Comité Central del CMI, que se reúne en Ginebra hasta el 21 de junio. Y añadió que “El objetivo de lograr la unidad de la humanidad, el objetivo de superar y derribar los muros de división, es inseparable de esta misma interpretación”.

El CMI celebra este año el 70º aniversario de su fundación en 1948, y reúne hoy a 350 protestantes, ortodoxos, anglicanos y otras iglesias que representan a más de 550 millones de cristianos de más de 120 países.

En su ponencia del 15 de junio, el Dr. Mateus repasó las declaraciones del CMI a lo largo de los últimos siete decenios sobre el trabajo para lograr la “unidad visible” de la iglesia.

Observó que una de las declaraciones clave se realizó en la Asamblea del CMI celebrada en Nueva Delhi en 1961.

El Dr. Mateus, teólogo brasileño, dijo que en esta se describía la unidad como la ofrenda de Dios a través del Espíritu Santo. Y añadió que “el movimiento ecuménico no crea la unidad, el movimiento ecuménico se compromete a poner de manifiesto la ofrenda de la unidad”.

En la declaración de Nueva Delhi se exponen los elementos para lograr la unidad visible de la iglesia como el acuerdo de predicar el Evangelio, la fe apostólica, la vida sacramental, el ministerio, la misión y el servicio. Esto sigue sirviendo como base de la labor del CMI encaminada “a ayudar a las iglesias a que insten unas a las otras a la unidad visible en una comunidad eucarística”.

Señaló que otra declaración fundamental fue la de la Asamblea del CMI celebrada en Uppsala en 1968, que hacía referencia a la iglesia hablando de sí misma como signo de la “unidad futura” de la humanidad. Esto suponía, según la declaración, luchar contra la exclusión por motivo de raza y categoría, y contra la degradación y explotación económica, política y social de los seres humanos.

El Dr. Mateus dijo que, más recientemente, con igual espíritu, en la Asamblea del CMI celebrada en Busan (República de Corea) en 2013, se señaló que “La unidad de la Iglesia, la unidad de la comunidad humana y la unidad de toda la Creación están vinculadas entre sí”.

Añadió que “en nuestra época es fundamental no solo tener presente esta visión, sino velar por hacerla realidad en nuestros programas”.

Durante la sesión plenaria, la Dra. Theodora Issa del Patriarcado Ortodoxo Sirio de Antioquía y todo Oriente se refirió al trabajo de su iglesia en la promoción de la unidad cristiana. Esto comprendía una declaración conjunta con la Iglesia Católica Romana firmada en 1984 por el Papa Juan Pablo II y el Patriarca Ignatius Zakka I Iwas.

Entre otras observaciones, el Obispo Arnold Temple de la Iglesia Metodista de Sierra Leona habló de la necesidad de apoyar el ecumenismo en la “base”.

Reunión del Comité Central del CMI 2018

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