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Women and Men in a Community of Justice: Pre-assembly contemplates injustice and social mega trends

La preasamblea aborda las injusticias y las megatendencias sociales

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Al tratar el tema de la “comunidad justa”, los ponentes hablaron de las enseñanzas extraídas de iniciativas anteriores y de los retos actuales en materia de justicia de género.  

Un informe sobre las “visitas de los equipos de peregrinos” a varios países en conflicto sugirió que la exclusión sistemática de las mujeres de los cargos de dirección está muy extendida, a menudo, tanto en las iglesias como en las estructuras seculares. En tiempos de guerra, los hombres utilizan la violencia sexual como arma. La discriminación es endémica. Sin embargo, los encuentros con los grupos que reclaman el establecimiento de colaboraciones que trasciendan los límites tradicionales revelaron que, frecuentemente, estas iniciativas están dirigidas por mujeres cristianas.

Varias teólogas ortodoxas se reunieron en Albania, en octubre de 2019, para reflexionar sobre sus dones específicos en el espíritu y la práctica de la unidad. La publicación del CMI titulada “Reflexiones ortodoxas en el camino a Karlsruhe” (Orthodox Reflections on the Way to Karlsruhe) incluye una colección de sus artículos.

De forma generalizada, la raza, al igual que el género, son percibidos a través de un prisma religioso que hace que las mujeres, los niños, los indígenas, los inmigrantes, los refugiados, y las demás minorías se lleguen a considerar como antagónicas atendiendo a patrones culturales que, con demasiada frecuencia, reciben el apoyo de las iglesias. Todos los medios de comunicación tienden a reforzar los estereotipos que se aplican a las mujeres y a las poblaciones minoritarias. En todo el mundo, los hombres controlan la actividad de los servicios de noticias. Las mujeres que logran dejar de ocupar cargos subalternos son víctimas del troleo en las redes. Las principales organizaciones ecuménicas, entre ellas el CMI, han pedido una mayor interacción con los medios de comunicación a fin de cuestionar las percepciones de género.

Y, aunque fue posible organizar el mundo “a través de Zoom en tiempos de la COVID-19”, se reconoció que la necesaria respuesta ante la pandemia en pro de la salud pública a menudo agravó los problemas de violencia doméstica, de pobreza e impidió la prestación de la atención adecuada a las familias.

Todos los retos a los que se enfrenta una comunidad justa de mujeres y hombres fueron validados a través de animados y apasionados debates que surgieron tanto en pequeños grupos como en las sesiones plenarias. Muchos ponentes añadieron que para hablar de una “comunidad justa” es preciso reconocer a las minorías de género; “ya no es solo una cuestión de mujeres y hombres”, se precisó.

Los relatores escucharán las deliberaciones y elaborarán un informe que refleje los asuntos tratados: el precedente bíblico para refrendar los derechos y responsabilidades de las mujeres y las minorías; el estado de la violencia y de la resistencia; y una afirmación de respeto mutuo entre todas las personas. Los participantes esperan hacer recomendaciones concretas para ayudar a las iglesias a sentir el dolor del sexismo y del racismo, e inspirarlas a tomar medidas contra ellos.

Una comunidad justa de mujeres y hombres

Preasamblea de una comunidad justa de mujeres y hombres

Más información sobre la 11ª Asamblea del CMI en Karlsruhe (Alemania)