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Ante las nuevas sanciones impuestas a Corea del Norte, que podrían reducir en un tercio sus ingresos anuales por exportación, el Rev. Dr. Olav Fykse Tveit, secretario general del Consejo Mundial de Iglesias (CMI), expresó su preocupación y sus dudas en cuanto a que estas medidas puedan tener un impacto positivo en el retorno a las negociaciones y la prevención del desarrollo de las armas nucleares.
En lugar de ello, las sanciones han contribuido a impedir el acceso humanitario a Corea del Norte para prestar socorro en caso de desastre y otros tipos de ayuda, afirmó Tveit.
La última resolución de la ONU prohíbe las exportaciones norcoreanas de carbón, hierro, mineral de hierro, plomo, mineral de plomo y alimentos marinos. También prohíbe a los otros países incrementar el número de trabajadores norcoreanos que actualmente trabajan en el extranjero, así como la creación de nuevas empresas conjuntas con Corea del Norte y toda nueva inversión en las empresas conjuntas ya existentes.
“No queda nada claro cómo se puede esperar que estas nuevas sanciones contribuyan a mejorar esta situación tan delicada y peligrosa”, dijo Tveit. “Pedimos un cambio radical en el enfoque de la comunidad internacional con respecto a Corea del Norte, que se base en el diálogo y el compromiso en vez de en la confrontación política y militar”.
El CMI insta a avanzar hacia un tratado de paz para la península de Corea, a poner fin oficialmente al estado de guerra que permanece en suspenso desde el Acuerdo de Armisticio de 1953, y a sentar unas bases que permitan abordar y resolver de una manera más constructiva las amenazas actuales a la coexistencia pacífica en la región.
“Dirigimos un llamamiento urgente a los miembros de la comunidad internacional para que salgan del círculo vicioso de la amenaza y la contra amenaza y abandonen este tipo de política hacia Corea del Norte”, anunció Tveit. “Las posibles consecuencias de no hacerlo son demasiado espeluznantes como para contemplarlas o arriesgarse”.
El CMI y la Comunión Mundial de Iglesias Reformadas instan a sus iglesias miembros a observar, el 13 de agosto, un “domingo de oración por la reunificación pacífica de la península de Corea”.
Domingo de oración por la reunificación pacífica de la península de Corea
