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Cross pictured with rays of light behind it, going in different upward directions.
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“La fe cristiana no tiene una lengua sagrada, pero desde el día de Pentecostés en Jerusalén, registrado en el libro de los Hechos, los cristianos han celebrado que el Evangelio se puede oír en muy diversas lenguas locales, en los idiomas que aprendemos de nuestros padres y en las comunidades que nos forman”, dice el mensaje. “La mejor manera de vivir, comunicar y proclamar la fe cristiana es en el lenguaje de nuestros corazones”.

Hoy, la iglesia mundial tiene muchas lenguas locales, afirma el mensaje. “La diversidad lingüística de la iglesia, así como su diversidad en tantos otros aspectos, es amplia. PERO, al mismo tiempo, la unidad de la iglesia, arraigada en el Espíritu Santo, es profunda. El milagro radica en que esta rica diversidad y esta amorosa unidad pueden ir de la mano. Se trata de un don del Espíritu, un don que nuestro mundo dividido necesita urgentemente”.

La diversidad es un don del Espíritu al servicio de la unidad, concluye el mensaje. “Este Pentecostés, celebremos la diversidad de la iglesia, del mundo y de toda la creación, así como la santidad del Espíritu que nos hace uno”.

Mensaje para las iglesias con motivo de Pentecostés