En los días anteriores a la Asamblea, se celebrarán cuatro pre-asambleas que versarán sobre mujeres y hombres, pueblos indígenas, personas con discapacidad y Reunión Ecuménica de Jóvenes. Teniendo en cuenta las restricciones relacionadas con la COVID y las situaciones cambiantes, los grupos de planificación mantuvieron reuniones presenciales y en línea para entablar discusiones juntos y por separado.
La 11ª Asamblea del CMI será la primera en la cual, las pre-asambleas tendrán sesiones conjuntas de orientación, culto, trabajo en red y compartir de preocupaciones comunes.
¿Qué es una pre-asamblea?
Las pre-asambleas ofrecen a los delegados y demás asistentes en la Asamblea la oportunidad de conocer a otras personas con intereses similares, ahondando en las cuestiones que les preocupan. Los participantes en las pre-asambleas aportarán lo aprendido a las conversaciones ecuménicas y otras deliberaciones del pleno de la Asamblea.
La Reunión Ecuménica Mundial de Jóvenes comprende la pre-asamblea de jóvenes, el programa de stewards y otras actividades para la gente joven.
¿Quién puede participar?
En el momento de inscribirse, se preguntará a los participantes en la Asamblea si quieren asistir a una pre-asamblea. Una vez que elijan una de ellas, un coordinador confirmará su participación.
En este momento, está abierta la inscripción para los delegados y los asesores de las delegaciones, y en una fecha futura, se abrirán las inscripciones a las otras categorías de participantes.
Si asiste a una pre-asamblea, venga con ganas de escuchar, dijo la obispa Rosemarie Wenner, secretaria del Consejo Metodista Mundial en Ginebra: “Vengan ansiosos por compartir su historia personal, su camino de fe, sus luchas vitales. Vengan y esperen ver al Espíritu Santo obrando”, añadió.
Acerca de las pre-asambleas
Mujeres y hombres, 29-30 de agosto. A partir de la 2a Asamblea del CMI, ha habido pre-asambleas de mujeres que incidieron específicamente en la participación de las mujeres, reclamando de este modo que se prestara especial atención a las preocupaciones, las luchas y las contribuciones de las mujeres a la iglesia y la sociedad. En la 10ª Asamblea del CMI en Busan, pasó a ser la “pre-asamblea de mujeres y hombres” que se centraban juntos en la igualdad de género.
Andrea Quesada, de YMCA Perú, planificadora de las pre-asambleas, dijo que la justicia de género no debería ser un tema importante solo para las mujeres. “Creo que ambos estamos invitados a luchar contra la injusticia en cualquier forma que se presente ante nosotros”, sostuvo.
Maha Milki, de la Iglesia Ortodoxa de Antioquía en el Líbano, reflexionó que, en el pasado, aunque este tipo de reuniones estaban más centradas solo en las mujeres, “tenemos el privilegio de contar con hombres en esta pre-asamblea para tener una nueva masculinidad en la que comparten con nosotras nuestra problemática de género”.
El Rev. Dr. Anders Göranzon, embajador de Jueves de negro de la Sociedad Bíblica Sueca, estuvo de acuerdo en que las mujeres y los hombres tienen que trabajar juntos para alcanzar la igualdad de género, pero que en anteriores pre-asambleas, las mujeres valoraron disponer de “espacios seguros” donde pudieran compartir sus preocupaciones. “Como hombres, necesitamos espacios seguros donde podamos hablar”, dijo. “Por eso, estamos interesados en trabajar juntos, pero también, de vez en cuando, como grupos separados solamente para crear esos espacios seguros”.
La obispa Wenner, embajadora de Jueves de negro, dijo que espera que la experiencia sea transformadora.
“En lo que se refiere a quienes vengan, esperamos que lo hagan con este espíritu: la expectativa de que oirán cosas nuevas, que suponen un desafío, pero que también inspiran”, añadió.
Pueblos indígenas, 28-30 de agosto. El tema será “Reconciliación: Restaurar la integridad de la creación”, con al menos el 75% de los participantes pertenecientes a pueblos indígenas.
La Pre-asamblea de Pueblos Indígenas procura cuestionar y criticar los conceptos de la reconciliación que están demasiado ansiosos de pasar por alto lo que se hizo mal y las violaciones que se cometieron en el pasado, sin abordar las persistentes causas sistémicas y estructurales de la opresión y la injusticia del pasado y del presente. La reconciliación es el compromiso deliberado de restaurar la integridad de toda la creación. Los pueblos indígenas aportan muchas perspectivas perspicaces, sabiduría y conocimiento de sus experiencias, culturas y contextos que enriquecerán el diálogo ecuménico sobre la reconciliación y el tema más amplio de la Asamblea.
El reverendísimo Mark MacDonald, arzobispo anglicano indígena nacional de la Iglesia Anglicana del Canadá y presidente del CMI para América del Norte, dijo que los pueblos indígenas se enfrentan a la crisis del cambio climático y al hecho de que la colonización histórica y la neocolonización estén eclipsando en la actualidad y casi por completo sus derechos. “Se trata de un tema crucial para los pueblos indígenas que afrontan problemas climáticos, pero es un problema mayor para el planeta dado que entre una tercera y una cuarta parte de los terrenos utilizables del mundo están ahora bajo los protocolos y la administración de los pueblos indígenas. Se calcula que más del 80% de la biodiversidad que queda en el planeta está en manos de los pueblos indígenas”, explicó MacDonald.
La Rev. Mari Pauliina Valjakka, pastora sami de la Iglesia Evangélica Luterana de Finlandia y moderadora del Grupo de Referencia de los Pueblos Indígenas del CMI, estuvo de acuerdo con MacDonald en que los pueblos indígenas afrontan realmente los problemas climáticos en primera línea. “Y también muchos pueblos indígenas están atravesando los procesos de la verdad y la reconciliación en nuestro propio contexto”, señaló.
Personas con discapacidad, 29-30 de agosto. Organizada por la Red Ecuménica de Defensa de las Personas con Discapacidad con el tema “Abrazar la diversidad y los dones con vistas a la inclusión”, esta pre-asamblea celebrará los dones de las personas con discapacidad, visitará las heridas del pasado y del presente, y propondrá medidas para transformar las injusticias.
Asimismo, la reunión preparará a las personas con discapacidad para que aprovechen la oportunidad que les brinda su participación en la Asamblea de recordar a las iglesias que su peregrinación de justicia y paz no es solo una exigencia y obligación dada por Dios, sino también una cuestión de credibilidad en el mundo. Las iglesias solo pueden ser fieles a su misión dando un testimonio común de Jesucristo en el testimonio y el servicio, el respeto a la dignidad humana, y la solidaridad con quienes están marginados, como aquellas personas que son empujadas a los márgenes por su discapacidad.
La Rev. Kathy Reeves, de la Iglesia Metodista Unida en los Estados Unidos de América, que forma parte de la Red Ecuménica de Defensa de las Personas con Discapacidad, afirmó: “Todo lo que afecta al conjunto de la humanidad afecta a las personas con discapacidad porque somos parte de la humanidad”.
Fabián Corrales, de la Iglesia Bautista de Costa Rica, dijo que ora para que las personas se unan como el único cuerpo de Cristo. “Quiero que la iglesia entienda que es difícil para una persona con discapacidad tener fe en Dios cuando siente que su propia iglesia la rechaza”, dijo. “Así que sueño y oro para que la iglesia construya un hogar mucho más inclusivo”.
Reunión Ecuménica de Jóvenes, 27-30 de agosto. Esta reunión entrelaza tres itinerarios a lo largo de cuatro días para los delegados de la Asamblea, los stewards y los representantes de iglesias miembros del CMI y asociados ecuménicos.
El objetivo de la Reunión Ecuménica de Jóvenes es invitar a los delegados jóvenes a debates en profundidad y prepararlos para las funciones y responsabilidades que tendrán durante la Asamblea. Los delegados jóvenes –algunos de los cuales tienen poca o ninguna experiencia previa en reuniones ecuménicas– adquirirán las herramientas y los conocimientos necesarios para contribuir de manera significativa a la vida de la iglesia.
La Hna. Sandrine Nourry, de la comunidad del Chemin Neuf, una comunidad católica romana con vocación ecuménica, dijo que es seguro que los participantes estarán en desacuerdo sobre muchas cosas, pero que ese reto es en sí mismo un don.
La variedad de temas incluirá: “nuestra historia, nuestra salud mental, la igualdad de género, la sexualidad, las historias entre nuestros países y denominaciones, el medio ambiente y la creación, y la forma en que la pandemia nos está afectando y está afectando a nuestras relaciones”, añadió.
Olivia Vakacegu, fiyiana de la Conferencia de Iglesias del Pacífico, reflexionó sobre lo importante que era que los jóvenes hablaran del cambio climático. “Los habitantes del Pacífico estamos en primera línea del cambio climático. Creo que es importante que nuestros dirigentes escuchen las voces de los jóvenes y que también, al mismo tiempo, ofrezcan espacio para que estos jóvenes formen parte del proceso”.
Ramy Hanna, de la Iglesia Ortodoxa Copta en Egipto, compartió la visión de que la reunión de jóvenes atraiga a participantes del mundo entero.
En la Reunión Ecuménica de Jóvenes, puntualizó, “damos la bienvenida a jóvenes de todo el mundo de diferentes entornos culturales y distintas confesiones”.
A medida que se vayan conociendo más, las personas de diferentes iglesias y entornos “intentarán crear ese espacio seguro para que cada uno de los jóvenes exprese sus sentimientos y expectativas y haga preguntas sobre cómo podemos, siendo jóvenes, tener un papel destacado en el movimiento ecuménico”.
Samson Waweru Njoki, keniano de la Iglesia Ortodoxa Africana del Patriarcado Griego de Alejandría, asegura que la reunión de jóvenes creará vínculos con temas que guardan relación con las personas con discapacidad. “Creo que para cuando finalice la reunión, los jóvenes volverán a las comunidades de las que provienen sintiendo que son agentes del cambio en cada aspecto de su sociedad, y que también intentarán representar a los que no tienen voz, a todas aquellas personas que no están en condiciones de hablar por sí mismas”, dijo. “Creo que esto es lo que mejor saben hacer los jóvenes, porque Dios les ha dado las capacidades y la proactividad para impulsar cosas positivas como estas en la sociedad”.
La unidad en medio de la diversidad
No hay duda de que las pre-asambleas del CMI son fuente de inspiración y plantean desafíos cuando los participantes provienen de todos los rincones del mundo, de diferentes iglesias y tradiciones.
Como sostuvo Philip Champion, miembro de la Comisión de Jóvenes del CMI y de la Iglesia Ortodoxa Rusa, que forma parte de la planificación conjunta de las pre-asambleas: “Creo que en el siglo XXI es crucial para los cristianos de diferentes tradiciones, denominaciones y organizaciones reunirse y trabajar juntos para intentar hacer del mundo un lugar mejor”.
“La unidad cristiana en medio de la diversidad puede constituir un desafío. En la tradición ortodoxa, la respuesta a la pregunta ‘¿quién es mi prójimo?’ es muy simple: todos los seres humanos, especialmente los necesitados, los que sufren, los que están pasando por momentos difíciles. Así que pienso que eso es lo que nos une porque intentamos servir a nuestros prójimos, en particular a aquellos que más nos necesitan”, concluyó.