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“La ‘nakba’, la catástrofe que las familias palestinas vivieron hace 75 años, sigue siendo la causa de un desposeimiento y un sufrimiento sin resolver para muchos palestinos y, en particular, para los habitantes de Gaza”, dijo Pillay. “Que se dispare con munición real contra personas civiles desarmadas, incluidos niños, causando muertos y muchos heridos, no puede defenderse ni legalmente ni moralmente como una expresión del ‘derecho a la defensa propia de un Estado’”.
El CMI ha defendido siempre la idea de que el estatus de la ciudad de Jerusalén debe resolverse mediante negociaciones pacíficas. “Jerusalén es una ciudad santa compartida por tres religiones: el judaísmo, el cristianismo y el islam”, afirmó Pillay. “Exhortamos a la comunidad internacional a acelerar los esfuerzos encaminados a encontrar una solución justa y viable que respete las aspiraciones de todas las personas que viven en Tierra Santa, de conformidad con los convenios y las resoluciones internacionales”.
Pillay también respaldó una declaración del Consejo de Patriarcas y Jefes de las Iglesias de Jerusalén que reitera el llamado de las iglesias a trabajar por una paz duradera y justa para todas las personas en Tierra Santa.
“La declaración nos insta a todos a colaborar para construir un futuro mejor y más humano para todas las personas”, indicó Pillay, que también compartió una oración por Palestina e Israel.
Declaración del CMI: El CMI conmemora el 75o aniversario de la Nakba (en inglés)
