“A menudo nos sentimos como si no supiéramos por dónde empezar”, dijo. “La emergencia climática ya está causando mucho sufrimiento en todo el mundo, y deja a nuestra juventud muchos interrogantes sobre si tendrán algún futuro”.
“La polarización ha erosionado nuestra capacidad de mantener un diálogo significativo o incluso un discurso civil”, añadió Bedford-Strohm.
Si no podemos estar unidos como iglesias, ¿cómo podemos siquiera empezar a colmar las brechas que se han producido entre nuestros países?, preguntó. “El síntoma más evidente de nuestra situación es la violencia”.
Citó la horrible y costosa violencia armada en Ucrania, Siria y Sudán, y su perenne amenaza de estallar en Corea, Palestina e Israel. “No obstante, nuestro mundo también está asolado por la violencia cotidiana y creciente en nuestras calles y hogares, y por la continua lacra de la violencia de género y los ataques contra las minorías étnicas y sexuales”, afirmó. “En estrecha relación con esto, vemos la trascendencia de las perturbaciones y desastres humanitarios causados por esta violencia y por el cambio climático”.
En esencia, Bedford-Strohm cree que estamos experimentando una crisis de valores en todos estos ámbitos. “Al acercarnos al 75º aniversario de la Asamblea inaugural del CMI, debemos recordar que, también entonces, el mundo luchaba contra una catástrofe mundial: un mundo que sufrió 60 millones de muertos en la Segunda Guerra Mundial, que dejó innumerables personas refugiadas necesitadas de vivienda y reasentamiento, que se dividió rápidamente en campos ideológicos opuestos que se amenazaban mutuamente con la aniquilación total”, dijo. “En aquel momento, y en muchas otras ocasiones desde entonces, el Consejo Mundial de Iglesias, a través de la fe, la esperanza y el amor de sus iglesias miembros, asociados ecuménicos y aliados de la sociedad civil, desempeñó un crucial papel como catalizador, defensor y servidor de todos para ayudar a sanar y reformar el mundo de la posguerra”.
Bedford-Strohm espera que el CMI pueda servir al mundo a través de su peregrinación de justicia, reconciliación y unidad. “El Consejo Mundial de Iglesias es más importante que nunca para proclamar la sanación a un mundo quebrantado y actuar en consecuencia”, afirmó.
Alocución del Moderador ante el Comité Central, junio de 2023