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Jerry Pillay
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¿Qué le impulsó a convertirse en embajador de los Jueves de negro?

Dr. Pillay: Los abusos sexuales y la violencia motivados por el género o la vulnerabilidad de una persona no deben tener cabida en nuestras calles, hogares, escuelas, lugares de trabajo y comunidades de culto. 

Durante mi infancia y juventud en Sudáfrica y ahora, como secretario general del Consejo Mundial de Iglesias, he visto las tragedias personales y los efectos de la violencia sexual y de género sobre las comunidades y las sociedades. Nadie puede quedar impasible o guardar silencio. Como cristianos, tenemos una responsabilidad aún mayor de amarnos unos a otros, de orar, hablar y obrar en favor de una vida abundante para todos.

¿Qué actitudes ha observado entre las iglesias en materia de violencia de género?

Dr. Pillay: El CMI ha lamentado la lacra de las violaciones y la violencia en múltiples ocasiones. Nuestras declaraciones han reconocido que algunos dirigentes de iglesias han abusado de quienes se encontraban bajo su cuidado y que, en ciertas ocasiones, las iglesias —que deberían ser espacios de seguridad y dignidad— no han protegido a los vulnerables ni han buscado justicia para las víctimas.

Pero también he sido testigo de cómo iglesias y líderes eclesiásticos de todas las clases sociales y lugares del mundo se alzaban y se pronunciaban contra la violencia de género. En el CMI nos esforzamos por llevar nuestras palabras a la acción estableciendo procedimientos que velen por que todos rindamos cuentas entre nosotros y ante Dios.

¿Cómo puede tener repercusión un embajador de los Jueves de negro?

Dr. Pillay: Nuestros embajadores y embajadoras de la campaña de los Jueves de negro predican con el ejemplo. Los estudios bíblicos que emprenden como parte de su compromiso invitan a reflexionar desde la fe sobre la violencia sexual y de género, lo que nos ayuda a escuchar la palabra de Dios y a poner en práctica nuestra fe y nuestra visión de la justicia, la paz y el amor en nuestros contextos actuales.

En calidad de Consejo Mundial de Iglesias (CMI), hemos expresado nuestra visión del amor en nuestras campañas del día de San Valentín afirmando que “El amor sana, no hiere”.

Hemos trabajado para reclamar justicia, por ejemplo, en el caso de las mujeres coreanas víctimas de la trata en los campos militares japoneses.

Nuestro trabajo sobre masculinidades transformadoras sienta las bases para avanzar hacia la transformación de los comportamientos, pero aún necesitamos urgentemente desplegar esfuerzos concretos en nuestras iglesias y en todos los niveles de nuestra sociedad para exigir cuentas a los responsables, y apoyar y acompañar a las víctimas.

El tapiz de los Jueves de negro, la Cascada de solidaridad y resistencia, lleva todas esas voces y visiones a un profundo nivel personal, expresando el dolor, la resiliencia y la esperanza de nuestros esfuerzos para superar la violación y la violencia.

¿Qué podemos hacer individualmente?

Dr. Pillay: Los Jueves de negro es un movimiento importante dentro de la comunidad de iglesias y fuera de ella que nos ayuda a ser más conscientes de la violencia que aún demasiadas personas padecen cada día. Puede parecer algo muy simple: vestirse de negro cada jueves y ponerse el pin de nuestra campaña para declarar que formas parte de nuestro movimiento mundial que se opone a las actitudes y prácticas que permiten las violaciones y la violencia. Pero algo tan simple puede ser un paso transformador. Puede hacer ver a otras personas que no están solas. Puede propagar conciencia y estimular las ganas de tomar medidas. Puede provocar cambios y así lo ha demostrado.

Espero que puedan unirse a nosotros para orar, hablar y trabajar por un cambio de actitudes y prácticas para que todas las personas en todas partes se sientan seguras y respetadas.

Vídeo: Embajador de #ThursdaysInBlack, el Rev. Prof. Dr. Jerry Pillay, secretario general del CMI

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