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Durante su reunión en Ammán (Jordania), del 17 al 23 de noviembre, el comité ejecutivo del Consejo Mundial de Iglesias (CMI) emitió una declaración sobre los últimos acontecimientos en Irak, que afectan a las perspectivas de mantener la diversidad religiosa y social en el país, al futuro de la nación y al de sus pueblos.
Aunque la recuperación de las llanuras del Nínive, Mosul y otras áreas ha expulsado al extremista “Estado islámico” de la región, esta ha supuesto una elevada y trágica cifra de víctimas mortales, la destrucción de propiedades e infrastructuras, y conlleva nuevos desafíos en cuanto a la recuperación de las comunidades afectadas y la promoción de la cohesión social y religiosa en Irak, afirmó el comité ejecutivo.
El comité ejecutivo del CMI “insta a los líderes políticos del gobierno federal de Irak y del gobierno regional del Kurdistán a entablar un diálogo y negociaciones para resolver la actual crisis y evitar cualquier otro conflicto en una región que ha vivido demasiada violencia y sufrimiento”.
El comité también “insta a las autoridades iraquíes a garantizar que los hogares y empresas de los desplazados les sean devueltos, hace un llamado a la comunidad internacional para que respalde urgente y generosamente la reconstrucción de las infraestructuras y de las comunidades”.
El organismo del CMI insta “a la comunidad internacional –particularmente a los países que participaron en la invasión de Irak en 2003– a apoyar de manera urgente y generosa la reconstrucción de las infraestructuras y de las comunidades (especialmente a través de programas para superar traumas psicosociales) e iniciativas para promover la cohesión en Irak, sin olvidar las vulnerabilidades concretas de las minorías religiosas”.
Declaración del CMI sobre la situación en el norte de Irak, 18 de noviembre de 2017 (inglés)
Un estudio muestra que la diversidad religiosa y étnica es vital para la paz en Irak y Siria
