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Overview of the camp

Campamento para desplazados internos en la región sudanesa de Darfur. 

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“Según se ha informado, estos ataques han causado la muerte de más de 400 civiles, entre ellos al menos nueve trabajadores humanitarios, y el desplazamiento de unas 400 000 personas”, ha declarado Pillay. “Los ataques han destacado por su espantosa brutalidad”.

Pillay destacó que las atrocidades cometidas constituyen una grave afrenta a los valores religiosos fundamentales de la dignidad humana y la sacralidad de la vida.

“Al cumplirse dos años desde que estallara el conflicto en Sudán, estos ataques vienen a engrosar el funesto y creciente recuento de decenas de miles de víctimas mortales, cientos de miles de personas que se enfrentan a una situación de hambruna y casi trece millones de desplazados”, declaró Pillay. “Acogemos con satisfacción la ayuda humanitaria adicional prometida en la conferencia de ayer en Londres, pero lamentamos la falta de voluntad política colectiva para poner fin al conflicto que sigue infligiendo daños tan terribles al pueblo sudanés”.

Pillay declaró que el CMI une su voz a los lamentos de quienes sufren en Sudán e hizo un llamado urgente a todas las partes en el conflicto —especialmente a las Fuerzas Armadas Sudanesas y a las Fuerzas de Apoyo Rápido— para que se comprometan de inmediato a un alto el fuego, permitan el acceso sin restricciones de la ayuda humanitaria y defiendan la protección de los civiles, en particular de las mujeres, los niños y las personas desplazadas.

Asimismo, Pillay pidió a la comunidad internacional “medidas rápidas y decisivas para poner fin a esta guerra, garantizar la rendición de cuentas por los crímenes de guerra cometidos, preservar los corredores humanitarios y proporcionar los recursos necesarios para evitar el agravamiento de la crisis humanitaria”.

Instó a iglesias miembros y asociados ecuménicos a continuar sus oraciones por la paz en Sudán, apoyar los esfuerzos en pro del diálogo y la reconciliación, y promover una resolución justa y sostenible del conflicto”.

Pillay reafirmó la solidaridad del CMI con las iglesias y el pueblo de Sudán, especialmente a través del Consejo de Iglesias de Sudán, y alentó a todas las comunidades religiosas a mantenerse firmes en su compromiso con la construcción de la paz, la justicia, la reconciliación y la sanación.

“Que el pueblo de Sudán pueda ver pronto el amanecer de la paz tras esta larga noche de sufrimiento”, concluyó.

Declaración del CMI sobre Sudán, 16 de abril (en inglés)