La campaña Jueves de negro es un movimiento mundial que aspira a un mundo sin violaciones ni violencia. Surgida durante el Decenio Ecuménico de Solidaridad de las Iglesias con las Mujeres (1988-1998), se trata ahora de una iniciativa adoptada por individuos y grupos de todo el mundo.
“En el Pacífico, nos unimos a la campaña inicial hace más de treinta años, durante el Decenio Ecuménico de Solidaridad de las Iglesias con las Mujeres”, explica el Rev. James Bhagwan, secretario general de la Conferencia de Iglesias del Pacífico. “Los Jueves de negro ha constituido una práctica habitual para muchos grupos de mujeres y defensores de los derechos humanos a la hora de solidarizarse contra la violencia de género y la violación”.
“Vistiéndonos de negro, llevando una insignia que explica por qué vamos de negro y, en estos tiempos de pandemia, utilizando en nuestras reuniones en línea las imágenes de fondo virtuales que proclaman los Jueves de negro, todos podemos adoptar una postura clara contra la violencia y los abusos sexuales”, afirma el Dr. Jørgen Skov Sørensen, secretario general de la Conferencia de Iglesias Europeas.
En las reuniones regionales de hoy, los moderadores hicieron una pausa en los debates para reflexionar sobre la importancia del simbolismo de este movimiento. En una declaración conjunta, destacaron que mediante los Jueves de negro “respetamos y apoyamos a quienes han sufrido actos de violencia y abusos sexuales. Honramos a quienes se han mostrado resistentes frente al tremendo dolor personal y la injusticia. Nos solidarizamos con la visión de un mundo diferente donde las mujeres, los niños, las personas vulnerables, se sienten seguros y viven relaciones realmente basadas en el amor".
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