“No menos de mil automóviles tuvieron que esperar en los múltiples puestos de control establecidos por la policía israelí, por lo que sufrieron retrasos de dos horas y media”, declaró Pillay. “Entre las personas allí retenidas estaba el Dr. Audeh Quawas, miembro del Comité Ejecutivo del Consejo Mundial de Iglesias”.
A los fieles les sorprendió que se prohibiera la reunión en el monte Tabor y en la zona abierta, y que la policía adujera motivos de seguridad para los participantes. “Unos días antes se había celebrado una reunión entre el Consejo Ortodoxo de Nazaret y las autoridades israelíes en la que se acordó que el acto tendría lugar”, declaró Pillay. “El impedimento de la celebración cristiana en el monte Tabor llega tras el repetido acoso a la comunidad cristiana en Jerusalén, Haifa y otros lugares”.
Las iglesias locales de Jerusalén han emitido declaraciones pidiendo ayuda y protección para la presencia cristiana autóctona.
“El Consejo Mundial de Iglesias considera inaceptables la violación de la libertad religiosa, la denegación del culto y las restricciones a la vida de la comunidad cristiana en Tierra Santa con el pretexto de la seguridad”, declaró Pillay. “El Consejo Mundial de Iglesias pide al Gobierno de Israel que permita el libre desarrollo del culto cristiano y de los actos comunitarios, y que proteja los derechos de libertad religiosa de todas las personas”.