Dirigentes del Consejo Mundial de Iglesias (CMI) y del Centro para el Diálogo Interreligioso e Intercultural de la Organización para la Cultura y las Relaciones Islámicas de Teherán se reunieron en línea el 27 de octubre para firmar un certificado que celebra veinticinco años de diálogo fructífero.
El certificado, preparado conjuntamente en inglés y persa por el CMI y el Centro para el Diálogo Interreligioso e Intercultural, será enviado a los más de cincuenta participantes del diálogo bilateral en los últimos veinticinco años, agradeciéndoles a cada uno de ellos su contribución. “Damos las gracias a Dios todopoderoso por que, mediante una comprensión más profunda de cada cual y el reconocimiento de las posturas comunes, estos diálogos nos han ayudado a lo largo del último cuarto de siglo a lograr resultados valiosos en el proceso de la expansión de la justicia y la paz, y en la cooperación entre las religiones en el contexto de los desafíos contemporáneos que afronta la raza humana”, recoge el documento.
En las reuniones frecuentes del CMI y el Centro para el Diálogo Interreligioso e Intercultural, que comenzaron con una reunión en Ginebra en 1995 y alternaron su celebración entre esa ciudad y Teherán, se abordaron una serie de temas que incluyen: “La religión y el mundo contemporáneo”, “Las religiones y la globalización”, “La religión y la coexistencia pacífica” y “La espiritualidad y la modernidad”.
El secretario general interino del CMI, Rev. Prof. Dr. Ioan Sauca, intercambió saludos con el Dr. Abuzar Ebrahimi Torkaman, jefe de la Organización para la Cultura y las Relaciones Islámicas, y el Dr. Mohammad Mahdi Tashkiri, director general del Centro para el Diálogo Interreligioso e Intercultural.
Al tiempo que confirmaba el compromiso permanente del CMI con este importante proceso de diálogo, Sauca comentó: “El aumento del diálogo interreligioso es uno de los avances más alentadores de los últimos tiempos. No obstante, aunque el diálogo entre musulmanes y cristianos puede traer muchas bendiciones, no podemos insinuar que sea siempre fácil. Quienes participan en el diálogo deben estar dispuestos a escuchar con humildad y atención, así como a hablar claramente y con confianza desde la perspectiva de su propia fe, reflexionar con espíritu de autocrítica sana, e intentar ver la realidad como la entienden sus interlocutores”.
Sauca expresó asimismo su gratitud por la contribución a este diálogo de las iglesias miembros del CMI en Irán, reconociendo la importancia del diálogo tanto a nivel formal entre organizaciones como en la vida cotidiana.
En respuesta a esto, Ebrahimi reflexionó que se han conseguido muchos logros durante veinticinco años y nueve rondas de diálogo. “Durante este período de tiempo relativamente largo, se ha erigido una estructura magnífica y fuerte, cuyos cimientos se basan en la confianza mutua, los amplios puntos en común, la voluntad de ambas partes de comprenderse mutuamente, y la cooperación en diferentes ámbitos”, dijo. “El extremismo y la tendencia a la violencia en el sentido de excluir a otros y excomulgarlos nunca han sido aceptados en el islam y el cristianismo. La religión exige racionalidad y cierra el paso a la violencia, pero la violencia surge si no hay racionalidad. También nosotros creemos que atravesar este camino no es una tarea fácil y que el diálogo se basa fundamentalmente en los modales y la ética. Según nuestras creencias religiosas, escuchar de manera adecuada es la causa de buenas nuevas de Dios todopoderoso y una buena pregunta hecha equivale a la mitad del conocimiento”, concluyó Ebrahimi.
Sauca dijo que, tan pronto como sea seguro hacerlo, el CMI estará encantado de recibir en Ginebra a una delegación del Centro para el Diálogo Interreligioso e Intercultural para la próxima ronda de diálogo, en la que los participantes examinarán los logros de los últimos veinticinco años y reflexionarán juntos sobre el camino a seguir.