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Archbishop Pargev Martirosyan in the Monastery of Dadivank

El arzobispo Pargev Martirosyan en el monasterio de Dadivank, construido entre los siglos IX y XIII en Artsaj. El monasterio, incluido en el territorio que pasará a estar bajo el control azerbaiyano después de la guerra de 2020 en Nagorno Karabaj, está ahora bajo la protección de las fuerzas de mantenimiento de la paz rusas. Fotografía: Página oficial de Facebook del arzobispo Pargev

“En 1989, fui enviado para dirigir la diócesis de Artsaj, que entonces formaba parte de la Unión Soviética”, dijo el arzobispo Pargev, que abandonó su puesto en enero por motivos de salud y vive ahora en la Santa Sede de Etchmiadzin.

En los cuarenta y cuatro días del conflicto en Nagorno Karabaj se usaron drones, artillería y misiles. En las tres guerras participaron Armenia y Azerbaiyán.

Y el arzobispo Pargev recordó que en 1993 trabajaba con el Consejo Mundial de Iglesias (CMI) durante su papel de mediador en lo que se conoció internacionalmente como la primera guerra de Nagorno Karabaj.

“Recuerdo bien cuando Vazgen I era catolicós” e involucró a los dirigentes musulmanes de la zona “para llevar paz a las naciones por medio de los dirigentes espirituales”.

Eso no fue mucho después de que Armenia declarara su independencia de lo que había sido la Unión Soviética.

En la guerra de 1992, las fuerzas armenias lograron su primera gran victoria entre el 8 y el 9 de mayo, cuando se hicieron con el control de Shusha, la ciudad histórica de la región.

Causó una profunda tristeza al arzobispo que la catedral apostólica armenia de Shusha fuera destruida por cohetes y drones y profanada por soldados invasores durante la guerra más reciente. La iglesia de Juan Bautista en la segunda ciudad más grande de la región también quedó destruida.

“Me gustaría que en el mundo entero la gente orara por nosotros y por la paz en nuestra región, pero no solo en nuestra región, sino por la paz en el mundo entero”, dijo el arzobispo.

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Archbishop Pargev at the service in the Holy Mother of God Cathedral in Stepanakert

El arzobispo Pargev Martirosyan en el servicio religioso de la catedral de la Santa Madre de Dios en Stepanakert, la capital de Artsaj. Consagrada en 2019, la catedral se convirtió en refugio antiaéreo durante la guerra de 2020 en Nagorno Karabaj acogiendo a civiles en el sótano durante el bombardeo de Stepanakert. Fotografía: Página oficial de Facebook del arzobispo Pargev

Enviado desde Armenia a su lugar de nacimiento

Aunque la iglesia lo envió desde Armenia, Pargev nació con el nombre de Gurgen Martirosyan en la ciudad azerbaiyana soviética de Sumqayit en 1954 en una familia armenia de la aldea de Chardakhly. Su familia se mudó a Ereván en 1966.

En su juventud, fue reclutado por el ejército soviético.

Cuando comenzó en Nagorno Karabaj la guerra de 2020 entre Armenia y Azerbaiyán, el arzobispo Pargev hizo una declaración pública dirigida al pueblo armenio pidiéndole fortaleza y unidad ante la guerra.

“La misión de la iglesia es la misma misión, que viene de la historia: aportar fe y esperanza a nuestro pueblo, ayudarlos, reunirlos, darles asistencia humanitaria, alentarlos, orar con ellos y ayudarlos del modo que sea, estar con ellos”.

“En esta guerra, vimos miles de oficiales y soldados de Turquía. Vimos muchos terroristas internacionales, extremistas, creo que eran cuatro mil terroristas contra nosotros”.

El arzobispo no considera el conflicto de 2020 una guerra en torno a la religión como la describen algunos medios de comunicación.

“Fue una guerra étnica. La razón de que surgiera este conflicto se debe a un problema de derechos humanos fundamentales que nace de la gran presión de las autoridades de Bakú sobre el pueblo armenio en Artsaj”, dijo el arzobispo Pargev.

Señala que Turquía ayudó a Azerbaiyán junto con Pakistán durante la última guerra, “y utilizaron muchos nuevos tipos modernos de armas, cohetes y drones de Rusia, Belarús, Israel y Turquía”.

“Fue la guerra más peligrosa que vi en mis treinta y dos años allí”.

El arzobispo Pargev considera su hogar a la zona en la que sirvió durante treinta y dos años y sus ojos muestran una profunda tristeza cuando habla de lo que le ha ocurrido a este lugar, aunque está agradecido por que puede visitar Stepanakert, la capital de Artsaj.

Nueva función desde enero

El arzobispo Pargev es autor de tres libros y varios artículos y ensayos. Tiene el cinturón negro primer Dan en el arte marcial del karate Shotokan.

En enero, Karekin II, patriarca supremo y catolicós de todos los armenios, nombró al arzobispo Pargev Martirosyan enviado especial pontificio cuando renunció a su cargo de primado de la diócesis de Artsaj.

El conflicto de 2020 se produjo entre Azerbaiyán y la autoproclamada República de Artsaj y Armenia sobre la disputada región de Nagorno Karabaj y los territorios aledaños.

Con el desmembramiento del antiguo territorio soviético, Nagorno Karabaj se englobó dentro de las fronteras reconocidas internacionalmente de Azerbaiyán.

A pesar de ello, tras un duro conflicto a principios de los años noventa durante el cual cientos de miles de azeríes étnicos fueron desplazados, el territorio ha sido autónomo en la práctica desde 1994.

Este artículo es el segundo de una serie de reportajes que cubren los diversos aspectos del conflicto en Nagorno Karabaj y sus consecuencias para las comunidades locales.

El CMI hace un llamado urgente a una “paz duradera basada en la justicia y los derechos humanos para el pueblo de Nagorno Karabaj” (comunicado de prensa del CMI del 13 de noviembre de 2020)

Los armenios que huyen de la guerra encuentran abiertas las puertas de las iglesias, que les ofrecen cobijo y esperanza (reportaje del CMI del 25 de febrero de 2021, en inglés)

Iglesias miembros del CMI en Armenia