Si bien fue la canciller alemana Angela Merkel quien manifestó valientemente la voluntad de Alemania de acoger a cientos de miles de inmigrantes, es tarea del Ministerio del Interior, bajo la dirección de su aliado de larga data, el Dr. Thomas de Maizière, que este sueño se convierta en realidad – y no en una pesadilla– mediante la adopción de medidas concretas para la acogida y la integración de los migrantes en la sociedad y la economía alemanas.
De Maizière, miembro del Parlamento alemán y ministro del Interior en el tercer gabinete de Merkel, procede de una familia que ha participado activamente en la vida pública. Sus antepasados hugonotes huyeron de Francia y buscaron asilo en Prusia. Su padre, Ulrich, fue un militar de carrera que llegó a ocupar el cargo de Inspector General, el rango más alto de las Fuerzas Armadas en la Alemania Occidental de la posguerra. Para Thomas, esto supuso varios traslados a lo largo de su infancia. Durante sus estudios de Derecho e Historia, ingresó en el Círculo de Estudiantes Democristianos (RCDS, por sus siglas en alemán) y posteriormente trabajó en la oficina del alcalde del Berlín Occidental Richard von Weizäcker. Su familia quedó dividida entre el Este y el Oeste, y él estuvo en contacto con el creciente movimiento de oposición en la República Democrática de Alemania (RDA).
Tras la caída del Muro de Berlín en 1989, su primo Lothar de Maizière fue, en abril de 1990, el primer y único jefe de gobierno elegido libremente en la RDA. Thomas se desplazó entre Berlín del Este y el Oeste para ayudarle a establecer la oficina del primer ministro.
En el que describe como el período más intenso de su vida profesional, Thomas también trabajo con el equipo de su primo en las negociaciones del Tratado de Unificación, en virtud del cual las dos Alemanias se reunificaron y pasaron a formar un solo Estado, la República Federal de Alemania.
Desde 2005, Thomas de Maizière ha trabajado en estrecha colaboración con la canciller Angela Merkel, primero como jefe de la Cancillería Federal y luego, a partir de 2009, como miembro del Parlamento y ministro del Interior (siendo también ministro de Defensa durante un tiempo). En su actual función es responsable de la seguridad pública nacional, la migración y la integración, la administración y la función pública, el trabajo voluntario, los deportes, las iglesias y la protección civil.
En su discurso pronunciado el 18 de enero en una conferencia organizada por el Consejo Mundial de Iglesias (CMI) en colaboración con UNICEF y otros organismos de las Naciones Unidas sobre la crisis de los refugiados, De Maizière instó a una mayor solidaridad entre los Estados europeos por lo que respecta a la labor de ayuda a los refugiados, a un replanteamiento de todo el sistema de asilo europeo, a hacer mayor hincapié en mejorar las condiciones de vida en los países de origen y circundantes y , lo más controvertido, a limitar la entrada de refugiados en Europa.
Haciendo referencia a la limitación de recursos en Europa, De Maizière dijo que “a pesar de que como cristianos queramos ayudar a todas las personas necesitadas, sabemos que no podemos ofrecer una caridad ilimitada –al menos en el sentido de acoger a todas las personas que buscan protección aquí –, sin sacrificarnos nosotros mismos y nuestra sociedad. Nos vemos confrontados a una difícil ecuación entre valores, intereses y obligaciones que difieren… Hemos de vivir con este dilema e intentar tomar decisiones éticas y equilibradas, que sean justas tanto para nuestros ciudadanos como para las personas necesitadas”.
Desde 2003, Thomas de Maizière es miembro del presídium del “Kirchentag” (convención eclesial de Alemania), que se encarga de organizar el mayor evento protestante del país, en el que participan decenas de miles de personas cada dos años.
De Maizière, que se describe a sí mismo como “un político alemán en Europa, un europeo, pero también como un cristiano protestante”, tiene la firme convicción que las iglesias tienen un gran potencial en esta situación, tanto en términos de servicio como de incidencia política:
“¿Qué papel pueden desempeñar las iglesias en todas estas cuestiones? Sobre todo, un papel activo. En el pasado, las iglesias siempre han participado activamente en los principales avances políticos… Y aún así es necesario hacer más. En la actualidad, la superposición entre la Iglesia y el Gobierno es mayor que nunca… Las iglesias no se pueden permitir no adoptar una posición política. La Iglesia es algo más que la transmisión de un mensaje religioso para dar sentido a la vida”.
Thomas de Maizière prosiguió diciendo que “el pastor de la iglesia protestante de San Nicolás en Leipzig, Christian Führer, fue conocido por su apoyo a las manifestaciones de los lunes que ayudaron a poner fin al régimen de Alemania del Este. Y como él señaló con razón, no involucrarse también es un acto muy político”.
Véase también: El ministro alemán del Interior destaca el papel de las iglesias en la respuesta a la crisis de los refugiados (comunicado de prensa del CMI del 18 de enero de 2016)
Más información sobre la labor del CMI en materia de migración (incluye documentos de la conferencia)
Grabaciones en vídeo de la alocución del ministro alemán del Interior y de otras sesiones disponibles en el canal de YouTube del CMI.