¿En qué medida los llamados “derechos digitales” son, en realidad, derechos humanos?
Lee: Los derechos digitales son una forma abreviada de referirse al panorama tecnológico digital que puede mejorarse sacando a la luz los obstáculos gubernamentales, empresariales o ideológicos a la libertad de expresión, o suprimiéndolos. Estos obstáculos tienen que ver con la accesibilidad y la asequibilidad, pero también con la propiedad y el control de los datos personales y las plataformas digitales, el sigiloso mundo de los algoritmos, y la medida en que la gente entiende cómo funcionan los medios de comunicación.
¿Qué sucederá si simplemente ignoramos los derechos digitales?
Lee: Los derechos digitales plantean cuestiones morales y éticas que, si se ignoran, disminuyen el sentido de dignidad humana de otras personas. De hecho, los derechos digitales sintonizan plenamente con el ámbito más amplio de los derechos a la comunicación que la WACC promueve desde hace más de cincuenta años. Mi deseo es que los participantes en el simposio lleguen a reconocer y comprender los entresijos de la era digital y que busquen activamente maneras de hacer frente a los desequilibrios y las injusticias.
¿Cuáles son los desafíos más importantes a los que se enfrenta el mundo con respecto a las tecnologías digitales?
Lee: Entre los mayores desafíos cabe mencionar las diversas maneras en que los gobiernos y sus servicios de seguridad están adaptando las tecnologías digitales para encubrir la vigilancia y el control masivo. Esto incluye la posibilidad de conectar redes digitales a escala mundial sin que los ciudadanos se den cuenta. En otras palabras, con una falta casi total de transparencia. Además, la economía mundial está sujeta a manipulaciones digitales que permiten que los ricos se vuelvan más ricos, al tiempo que tienen un impacto en las vidas y los medios de subsistencia de la mayoría pobre. Hoy, todos los aspectos de la vida son filtrados por interfaces digitales supervisadas o controladas por fuerzas guiadas por el ánimo de lucro. Un serio desafío es cómo lograr que las personas ordinarias aúnen fuerzas, como distintos componentes de la sociedad civil, para hacer frente a las injusticias y desigualdades de este nuevo sistema globalizado.
¿Puede compartir un ejemplo de cómo, al menos en cierta medida, las iglesias pueden estar a la vanguardia en la utilización de las tecnologías digitales de maneras que promuevan la justicia?
Lee: Un ejemplo reciente y evidente del impacto de las tecnologías digitales es el de la información sobre la pandemia mundial de COVID-19. Si bien muchos gobiernos y organizaciones nacionales e internacionales han facilitado continuamente información útil y precisa, hay mucha desinformación y mentiras que circulan por las redes sociales. Afortunadamente, hay un lado positivo: muchas organizaciones de la sociedad civil, incluidas las iglesias, así como medios de comunicación públicos, han logrado ayudar a restablecer la confianza en la información y sus fuentes utilizando esas mismas tecnologías digitales. A pesar de las grandes pérdidas en todo el mundo, sin lugar a dudas también se han salvado muchas vidas humanas gracias a la amplia información proporcionada y a la velocidad con que las historias de esperanza pueden circular. Siempre debemos cuestionar los valores inherentes a cualquier tecnología, y cambiar lo que es perjudicial.
Más información sobre el simposio: Comunicación para la justicia social en la era digital