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Green area with trees in East Jerusalem

 Jerusalén Oriental, febrero de 2020

Fotografía:

El grupo se reunió bajo los auspicios de su excelencia el metropolitano Dr. Vasilios de Constantia-Ammochostos, el cual reflexionó sobre el gran valor de reunirse como comunidad en estos momentos.

“Oriente Medio es en muchos sentidos una zona lastrada por numerosos problemas, tal como vivimos y experimentamos cada día. Pero incluso así, es importante que nuestras iglesias puedan intercambiar ideas y proponer actividades para promover la paz en nuestra región”, dijo el metropolitano.

Ofreciendo el testimonio de varias diásporas de diversos lugares del mundo, incluidos los Estados Unidos y Australia, los participantes afirmaron la necesidad de reflexionar sobre la vida y el testimonio de las iglesias de la región en su conjunto, ya que ciertos países y comunidades se enfrentan a situaciones precarias que les obligan a abandonar sus hogares en busca de refugio o a emigrar.

“¿Qué puede hacer el Consejo Mundial de Iglesias, como comunidad mundial, para expresar su solidaridad con los cristianos de Oriente Medio?”, se preguntó el grupo.

Es necesario prestar atención a toda la región y a los problemas a los que se ven confrontados nuestros hermanos y hermanas, subrayó la Dra. Theodora Issa del Patriarcado Ortodoxo Sirio de Antioquía y todo Oriente.

Tomando el ejemplo de las amenazas bajo las que han vivido muchos cristianos en los últimos años, Issa también reflexionó sobre el dilema que se plantea a la iglesia local que ve perder muchos de sus miembros, sin poderles decir –habida cuenta de que la seguridad de sus hijos no está garantizada– que no emigren.

Pero según observó el deán archimandrita Jack Khalil de la Universidad de Balamand en el Líbano, incluso en medio de tan graves dificultades, desde la perspectiva libanesa y tras una reciente visita a Damasco, se puede apreciar un signo de esperanza: “A pesar de que sigue habiendo muchos problemas, pude ver un Damasco que volvía a estar lleno de vida, con un resurgimiento de restaurantes y negocios, y los cristianos reconstruyendo las iglesias destruidas. Ver como la gente intenta recuperarse de la guerra, luchando contra los problemas económicos, da una verdadera esperanza”.

“Quizás, podemos decir que la súplica de los cristianos de Oriente Medio es: ‘Queremos quedarnos en casa’”, dijo a su vez el metropolitano Vasilios.

Un tema de la Asamblea que mira hacia el mundo

Dado que la reunión del máximo órgano rector del CMI se va acercando, el metropolitano prosiguió sus reflexiones centrándose en el tema de la Asamblea “El amor de Cristo lleva al mundo a la reconciliación y la unidad”.

“En el pasado, principalmente hemos hablado de la unidad de la iglesia, de los cristianos de todo el mundo”, observó Vasilios. “Ahora, con este tema, tenemos la oportunidad de optar por la unidad del mundo, ¿y qué significa esto? ¿Está saliendo el CMI de la introspección y asomándose fuera para ver el mundo en su totalidad?”, preguntó.

El archimandrita Jack Khalil apuntó que “cuando vamos a algún lugar, estamos siempre convencidos de que el amor de Cristo es la solución, de que su amor nos ilumina”.

Por su parte, Anne Glynn Mackoul, del Patriarcado Ortodoxo Griego de Antioquía y todo Oriente, afirmó que “cuando nos reunimos como Asamblea, no hablamos solo entre nosotros, sino que inevitablemente hablamos al mundo. Debemos ser un ejemplo de lo que significa vivir el amor cristiano. ¿Podemos ser suficientemente fuertes, amarnos unos a otros lo suficiente como para presentar al mundo una historia convincente? ¿Podemos ser un ejemplo de amor sacrificial, de modo que la gente pueda decir ‘miren los cristianos cómo se aman los unos a los otros’?”.

“El amor, la paz, son los cimientos del reino de Dios. No debemos hablar solo para nosotros, sino hablar al mundo”, concluyó Vasilios.

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