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Rev. Dawn Gikandi

La Rev. Dawn Gikandi de la Iglesia Presbiteriana de África Oriental.

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¿Por qué se involucró en la campaña de los Jueves de negro?

Rev. Gikandi: Antes que nada, me involucré porque, desde África, oímos muchas historias de violaciones y violencia, mucho dolor, e incluso cuando no hablamos, una campaña silenciosa llega lejos, y resulta muy elocuente. Desde que participo, se ha sumado cada vez más gente a la campaña porque cuanto más te vistas de negro, cuanto más lleves puesta la insignia, la camiseta o una pulsera, más posibilidades habrá de que alguien te haga una pregunta y comience una conversación que te permitirá contarle lo importante que es esto.

¿De qué manera ha sido profundamente significativo para usted a nivel personal?

Rev. Gikandi: Tengo un grupo de amigos que sufren terriblemente distintas formas de violencia. De hecho, tengo una amiga que tardó tres años en superar el trauma. Al cabo de aquellos tres años, me preguntó si podía predicar en la iglesia, así que le di uno de esos días en los que supuestamente no tenía que predicar. Lo que en verdad me impresionó fue que, después de que describiera su dolor y sanación, muchas personas vinieron a decirme que habían aprendido de ella y que podían verse reflejadas en ella.

Se me ocurrió que algunas personas no se dan cuenta realmente del dolor que causan a otras, así que decidí que, ahora que el Consejo Mundial de Iglesias ha proporcionado esta plataforma y una manera de llegar a los demás, por qué no hacerlo, ya sea en mi país, Kenia, o si viajo a otro lugar. Ha sido todo un camino y también ha sido una de esas cosas por las que te das cuenta de que hay más maneras de servir, más maneras de llegar a los heridos y más gente acercándose a preguntar qué pueden hacer. Para mí, forma parte de lo que me es cercano y me importa, por las personas que me rodean.

¿Qué dice cuando alguien la ve vestida al estilo de los Jueves de negro y le pregunta qué es eso?

Rev. Gikandi: Una de las cosas que digo –dependiendo del tiempo que tengamos, claro está– es que comienza siendo algo que hacen las personas individuales, luego lo hacen los grupos, y es una cosa que usted puede integrar en su rutina diaria. Es una manera de alzar la voz y pronunciarse y hablar de asuntos de violaciones y violencia, incluso cuando hablar de esos temas a veces no resulte sencillo. También cuando he acudido a reuniones del Consejo Mundial de Iglesias, que significa mucho para mí, porque le estamos diciendo a la gente lo que es verdaderamente importante: que las personas de fe, que nuestra fe contribuye a mejorar las vidas de las personas. En este caso en concreto –y en especial desde Kenia donde hay muchas manifestaciones sobre todo tipo de cosas–, es donde afecta tan de cerca a las vidas. Es tu pequeña manera de contribuir a algo que es más grande de lo que nunca pensaste, algo que es extraordinario.

¿Cómo mantiene el impulso de los Jueves de negro?

Rev. Gikandi: Puede que no sea hoy ni mañana, pero usted y yo podemos reunirnos y mejorar el camino y reforzar la fe, y añadir nuestra propia contribución, en silencio o en nuestras conversaciones. A las personas que me encuentro les hago saber que no sólo hay dolor y violencia, sino que hay sanación. ¡Pongamos fin a las violaciones y la violencia! He visto que podemos hacer mucho más. El tercer jueves de cada mes un grupo de voluntarios se reúne y nos ve vestidos de negro cada jueves. Incluso cuando vamos a las escuelas, los voluntarios se visten de negro. ¡Y nos recordamos a nosotros mismos que no vamos a abandonar ahora!

Más información sobre los Jueves de negro

Se ha puesto en marcha una edición de la juventud de los Jueves de negro (comunicado de prensa del CMI del 21 de diciembre de 2023, en inglés)