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Relics sit on the altar, as Sunday service is celebrated in the Metropolitan Cathedral of Saint George, Church of Cyprus, in Paralimni. The service is attended by participants in an Inter-Orthodox Pre-Assembly Consultation to the World Council of Churches’ 11th Assembly that brings together more than 50 delegates representing 20 Eastern and Oriental Orthodox member churches, in Cyprus on 9-16 May 2022.

Fotografía: Albin Hillert/CMI

Esta publicación ha sido desarrollada desde la Comisión de Fe y Constitución del CMI siguiendo un procedimiento único. ¿Pueden explicarnos brevemente su contenido y describir el proceso para nuestros lectores?

Rev. Dra. Durber: Este folleto trata de resumir en solo diecinueve páginas los frutos de una conversación con las iglesias ¡que dura décadas! “La Iglesia: Hacia una visión común” fue publicado en 2013 y enviado a las iglesias pidiéndoles respuestas. Recibimos setenta y ocho respuestas, de iglesias, organismos ecuménicos y algunas personas. Algunas ocupaban uno o dos párrafos y otras muchas páginas. Un grupo de miembros de la Comisión de Fe y Constitución leyó atentamente todas las respuestas y reflexionó sobre ellas. Existen otras publicaciones mucho más largas que surgieron de ese proceso, pero este folleto es un resumen breve y accesible de lo que revelaron las respuestas. Las iglesias ahora están de acuerdo en mucho más de lo que discrepan, sobre la fe apostólica, sobre los sacramentos y sobre la importancia vital de la misión. Pero tienen preguntas sobre cómo podría ser la unidad, sobre los límites de la diversidad y sobre cómo solucionar las divisiones actuales más difíciles, especialmente sobre cuestiones morales.

¿De qué maneras podrían beneficiarse las iglesias y todos los lectores de este informe?

Obispo Maxim: Este documento coloca a Fe y Constitución en el centro de la labor ecuménica, pues es principalmente a través de una posición teológica que se puede justificar la visión del CMI. Este documento da testimonio de los tiempos en que vivimos y de los esfuerzos de los miembros de las iglesias por acercarse a la autocomprensión de la iglesia primitiva. Asimismo, pone de manifiesto cómo las iglesias han comenzado a aprender las unas de las otras. Fe y Constitución empleó a los teólogos creativos de todas las tradiciones (como ocurría en el pasado) y, manteniendo el enfoque en la unidad visible de la iglesia, incluye ahora todos sus aspectos fundamentales, como la profunda fe en el Dios trino, el triple ministerio, los sacramentos, la iglesia local y universal, los concilios ecuménicos, la recepción, etc. Este documento aclara que para los cristianos no es suficiente unirse en la lucha por cuestiones sociales; no deben abandonar sus esfuerzos por unirse en la estructura de la iglesia, el ministerio, los sacramentos, la confesión de fe, etc. El concepto de koinonía convertido en una herramienta estándar en el documento es una idea que vincula la doctrina a la ética. Este documento responde a los nuevos desafíos de nuestros tiempos, a los que las iglesias cristianas deben reaccionar si no están preparadas para ser marginadas en la historia. Este proyecto satisface la preocupación de los ortodoxos de examinar en serio la doctrina tal y como la formularon los padres de la iglesia y los concilios ecuménicos. No podemos estar genuinamente unidos a menos que podamos confesar la misma fe en un credo aceptado por todos.

Por favor, compartan con nosotros los hitos de la labor sobre eclesiología de la comisión durante los últimos años. ¿Qué publicaciones nos llevaron al informe “¿Qué dicen las iglesias sobre la Iglesia?”?

Rev. Dra. Durber: Este trabajo sobre eclesiología (cómo entendemos lo que significa ser la iglesia) comenzó, en cierto modo, con “Bautismo, Eucaristía y Ministerio” (BEM), publicado ya en 1982. Las respuestas a aquel texto trascendental revelaron que eran las cuestiones en torno a las diferentes comprensiones del ministerio, la autoridad y la constitución las que eran más difíciles de resolver: era preciso seguir trabajando. Esto llevó a un texto titulado “Naturaleza y Finalidad de la Iglesia” en 1999 y luego a una segunda revisión titulada “Naturaleza y Misión de la Iglesia” en 2005. Tras más debates, y un llamado a hacer teología “desde abajo”, se redactó un nuevo texto: “La Iglesia: Hacia una visión común”. Resulta fácil encontrar y leer estos textos, pero el proceso también implicó muchas, muchas conversaciones y consultas a lo largo del camino, en las que participaron un sinnúmero de personas, muchos borradores y nuevas redacciones. La labor está en curso y requiere trabajo paciente y dedicación.

¿Por qué es relevante hoy en día la labor sobre eclesiología de la Comisión de Fe y Constitución del CMI? ¿Cómo describirían su importancia a personas de todas las áreas de trabajo e investigación académica?

Obispo Maxim: Es relevante porque demuestra un “ecumenismo relacional” del encuentro concreto entre quienes comparten la sed de vida que puede vencer a la muerte. Muchas de las respuestas reflejan el deseo sincero de hacer una teología conectada con las preocupaciones de la vida cotidiana, buscando respuestas reales a los “callejones sin salida” de la civilización en la que vivimos hoy. “La Iglesia: Hacia una visión común” es un hito importante sobre todo porque su perspectiva eclesiológica incluyó la hermenéutica, a través de la cual se hizo evidente que las iglesias ahora están de acuerdo en mucho más de lo que discrepan. El conocimiento –entendido hoy como información– ya no es interesante. El trabajo del historiador del ecumenismo no es concebible sin la hermenéutica. En la labor de Fe y Constitución del CMI, muchos redescubrirán aspectos que han sido olvidados o descuidados sobre ser la iglesia. Al incluir temas como la diversidad legítima, la teología de la humanidad, la iglesia y el pecado, etc., el documento refuerza la cuestión de la unidad de la iglesia, pero también una teología que va más allá de la “horizontalidad”. Desde la tradición ortodoxa, la dimensión eucarística y sacramental de la iglesia tiene un importante significado cosmológico, que produce valores y actitudes tan necesarias hoy para afrontar el problema ecológico. Es aquí donde nos damos cuenta de que la eclesiología no puede seguir siendo un asunto doctrinal restrictivo.

¿Cuál es su visión para el trabajo futuro sobre eclesiología de Fe y Constitución después de la 11ª Asamblea del CMI?

Rev. Dra. Durber: Esta clase de trabajo no se mueve en líneas rectas, haciendo “progresos” inexorablemente. Seguir reflexionando sobre lo que significa ser la iglesia siempre formará parte de la vida de la iglesia y es vital que las iglesias divididas hagan esto juntas para que aprendamos de los dones de las demás y encontremos maneras de superar esas divisiones. Los días en que se publicó BEM fueron emocionantes y nuevos, y hubo verdaderos momentos de “avance”. Ahora el desafío, en tiempos bastante distintos, es seguir adelante, hasta que seamos conducidos a nuevos momentos de cambio real, cuando la esperanza de unidad de Cristo se convierta también en nuestra esperanza. Parte de la visión es seguir adelante. Puede ser impopular, pero es vital.

Otra visión es que se unan a la conversación más personas, de aquellas iglesias y comunidades que todavía no tienen muchas ganas de participar. Eso cambiará la conversación, pero necesitará cambiar para que esta clase de labor teológica se abra más a la riqueza del método y estilo teológico vivo en la iglesia hoy.

Obispo Maxim: Hasta hace poco, el ecumenismo tenía el objetivo de brindar a las distintas tradiciones y confesiones la oportunidad de conocerse mutuamente. “La Iglesia: Hacia una visión común” y las respuestas a ese documento dan a los teólogos más jóvenes una idea de dónde estamos ahora en Fe y Constitución y a dónde esperamos llegar en el futuro, especialmente a la vista del próximo jubileo de Nicea (325-2025). Espero pronto otra clase de ecumenismo, que vaya más allá de los problemas del tercer mundo, el feminismo, los derechos individuales, etc. Como cristianos, somos responsables de los callejones sin salida de nuestra civilización. Un debate más profundo sobre todos los aspectos de la eclesiología (bautismal, eucarística, conciliar, etc.) podrá abrir nuevos caminos para descubrir la verdadera naturaleza y tarea de la iglesia, que es liberarnos de las limitaciones del mundo creado. Espero que la nueva generación de teólogos se inspire en este documento e inicie una relación inmediata con Dios, que nos llamó de no ser a ser. Mi expectativa es que la próxima generación de teólogos sea más creativa de lo que hemos sido nosotros.

Otras publicaciones pertinentes sobre este proceso son:

Churches Respond To The Church: Towards A Common Vision Volume I. (Las iglesias responden a La Iglesia: Hacia una visión común. Volumen I). Documento de Fe y Constitución, Nº 231, en inglés

Churches Respond To the Church: Towards a Common Vision Volume II. (Las iglesias responden a La Iglesia: Hacia una visión común. Volumen II). Documento de Fe y Constitución, Nº 232, en inglés

Common Threads: Key Themes from Responses to The Church: Towards a Common Vision. (Aspectos comunes: Temas fundamentales de las respuestas a La Iglesia: Hacia una visión común). Documento de Fe y Constitución, Nº 233, en inglés