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Margarita Nelyubova durante la reunión del Comité Central del CMI, celebrada del 15 al 21 de junio en Ginebra. Foto: Albin Hillert/CMI

Margarita Nelyubova durante la reunión del Comité Central del CMI, celebrada del 15 al 21 de junio en Ginebra. Foto: Albin Hillert/CMI

“La visita del papa al Consejo Mundial de Iglesias (CMI) es especialmente significativa teniendo en cuenta la situación actual en Oriente Medio y en África del Norte, donde los cristianos sufren persecución”, afirma esta miembro del órgano rector superior del CMI.

“En esta situación especial, la visita del papa es una oportuna expresión de la voluntad de la Iglesia Católica Romana de colaborar con los miembros protestantes y ortodoxos de la familia ecuménica,” dice Margarita Nelyubova.

Margarita Nelyubova, una mujer laica de la Iglesia Ortodoxa Rusa, espera que la visita del papa para participar en las celebraciones del 70º aniversario del CMI conduzca a una cooperación más estrecha entre las iglesias cristianas para responder a los desafíos acuciantes, especialmente a lo que ella llama “la cuestión candente de Oriente Medio”.

“En estos momentos, Oriente Medio es un hervidero de problemas, pero también hay señales de que los cristianos están siendo perseguidos en otros lugares del mundo, como en algunos países de Asia”, afirma. “Como familia ecuménica, tenemos que aunar e intensificar nuestros esfuerzos para defender a nuestros hermanos y hermanas perseguidos, y para contribuir a detener el avance de esta crisis devastadora”.

Margarita Nelyubova fue elegida miembro del Comité Central por primera vez en la asamblea del CMI celebrada en Canberra en 1991. Hoy, trabaja en el departamento de relaciones exteriores de la iglesia del Patriarcado de Moscú de la Iglesia Ortodoxa Rusa. Sus responsabilidades incluyen la función de directora de la Mesa redonda de Rusia, establecida por la Iglesia Ortodoxa Rusa con el apoyo del CMI de cara a las nuevas posibilidades que se abrieron para las iglesias en Rusia tras la Perestroika a principios de los años noventa. La Mesa redonda fue creada con el apoyo de las iglesias miembros del CMI y de otros organismos asociados para responder a la necesidad de educación religiosa y diaconía.

“Pienso en la visita del papa al CMI en el contexto de la reunión en La Habana (Cuba) que se celebró en 2016 entre el Patriarca y el papa, y que no solo fue un acontecimiento histórico, sino que también abrió nuevas posibilidades de cooperación entre la Iglesia Católica en Rusia y la Iglesia Ortodoxa Rusa”, señala Margarita Nelyubova.

Los ecumenistas veteranos saben por experiencia que los esfuerzos conjuntos, como los amparados por la declaración de la Habana, firmada por el papa y por el Patriarca de la Iglesia Ortodoxa Rusa, pueden conducir a una interacción más estrecha a través de proyectos concretos. La declaración ha llevado a acciones conjuntas sobre temas que son objeto de preocupación común para las dos iglesias, como, por ejemplo, la respuesta a la situación de los cristianos en Siria, la promoción de los valores de familia, y la formación ética y espiritual de los jóvenes.

Para resumir lo vivido en el día, Margarita Nelyubova dice: “Para mí, como creyente, lo más destacado del día ha sido la participación del papa en las oraciones en el Centro Ecuménico, porque es una manifestación espiritual que simboliza la unión de todas las confesiones cristianas. La oración es la base de la vida cristiana”.

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