Esa mujer fue la Dra. Leah Pisar, presidenta del Proyecto Aladino, que combate el extremismo difundiendo las lecciones universales del Holocausto en torno a la Segunda Guerra Mundial. El proyecto se basa en el conocimiento mutuo entre judíos, cristianos y musulmanes. Pisar fue una de las principales ponentes en el Foro de Pacificadores Emergentes, celebrado a las afueras de Ginebra (Suiza) entre el 5 y el 14 de julio.
Allí habló ante los cincuenta y dos jóvenes de África, Asia, América y Europa –el más joven de ellos de veinte años– que participaron en el foro coorganizado por el Consejo Mundial de Iglesias (CMI), el Consejo Musulmán de Ancianos y la Fundación Rose Castle.
El marco del foro es el Instituto Ecuménico de Bossey, dominado por los Alpes suizos y el lago Leman. Los jóvenes dedicaron la primera jornada a conocerse mutuamente en encuentros informales.
“Este grupo está aquí para hablar de la construcción de la paz –que en los tiempos que corren, si uno sigue las noticias, sabe que no puede darse por sentada–. El hecho de que estén aquí reunidos ya es un gran logro en esa dirección”.
“Ustedes son los pacificadores emergentes; sus interacciones y los dinámicos bagajes culturales que aporta cada uno son los ingredientes más preciados para lograr lo que todos venimos buscando: ayudar a construir una sociedad internacional menos violenta, más justa y más próspera”.
El valor del programa
Pisar afirmó que el valor del programa radica en que las personas con las que se reúnen los participantes pueden tener ideas diferentes, y precisó que las experiencias, los puntos de vista culturales y los encuentros que surgen en una reunión como esta “nos ayudan a ver más allá de nuestras propias perspectivas y a trabajar juntos para crear experiencias y valores comunes”.
El Foro de Pacificadores Emergentes es una comunidad internacional que reúne a jóvenes de distintas creencias y procedencias para dialogar y construir la paz.
Los organizadores afirmaron que la idea de organizar el foro surgió de los diálogos recurrentes entre Oriente y Occidente, iniciados por el Prof. Ahmed Al-Tayeb, Gran Imán de Al-Azhar, para tender puentes de diálogo y cooperación entre Oriente y Occidente.
La primera edición del foro se celebró en Londres en 2018.
Pisar afirmó que Ginebra reviste una importancia simbólica para la reunión de este año, ya que ha acogido numerosas conversaciones de paz a lo largo de varias décadas.
“Y, por supuesto, es la segunda sede de las Naciones Unidas en el Palacio de las Naciones”, dijo Pisar, destacando que otros organismos de las Naciones Unidas tienen su sede en Ginebra, como la Organización Mundial de la Salud, el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados o la Organización Internacional del Trabajo, entre otras.
Citó a los Emiratos Árabes Unidos, país que actualmente forma parte del Consejo de Seguridad de la ONU y cuya presidencia asumió en junio, cuando presentó una resolución para luchar contra los peligros de la incitación al odio y de los conflictos humanos que fue aprobada por unanimidad, con la lectura del mensaje del papa Francisco –entonces en ingreso hospitalario– y la intervención del Gran Imán de Al-Azhar.
“No creo que nunca se hayan dirigido al Consejo de Seguridad de semejante forma. Y, una vez más, el hecho de que tanto el Consejo de Seguridad y la Asamblea General se hayan ocupado paralelamente de este asunto demuestra que la incitación al odio es una cuestión vital para la seguridad colectiva”.
Galería fotográfica del Foro de Pacificadores Emergentes 2023
Más información sobre el Foro de Pacificadores Emergentes (en inglés y árabe)