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© Peter Kenny/CMI

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Para Hind Khoury la cuestión de la justicia del agua es bastante simple.

En su opinión no hay justicia del agua en Palestina porque Israel sí tiene acceso al agua potable y de saneamiento, pero no en los territorios palestinos que ocupa.

“Los actuales recursos compartidos de aguas subterráneas en la Palestina histórica –el propio Israel y los territorios palestinos ocupados– han sido explotados de forma desproporcionada e injusta desde 1967 en beneficio de Israel y sus colonos”.

Khoury ha sido ministra del gobierno en la Autoridad Palestina, de la que fue embajadora en Francia durante cuatro años. Ahora, como secretaria general de Kairós Palestina, lucha por lograr una solución justa para Palestina.

Hace referencia a Al-Haq, una organización palestina de derechos humanos que averiguó que Israel está desviando las aguas superficiales del río Jordán hacia sus territorios mientras niega a los palestinos el acceso a este recurso vital.

“Las aguas subterráneas de Gaza se han visto reducidas a raíz de los obstáculos impuestos por Israel al flujo natural de las aguas subterráneas que desembocaban en esta capa subterránea de roca permeable portadora de agua”.

“Como parte de su embargo hídrico, Israel rodeó después la Franja de Gaza con numerosos y profundos pozos y recondujo las aguas del río Uadi Gaza hacia sus propios terrenos agrícolas antes de que su curso alcanzara Gaza”.

Khoury participó en el servicio celebrado el 10 de febrero en la Iglesia del Santo Redentor de Jerusalén para el lanzamiento de las Siete Semanas para el Agua, que este año se centra en la justicia del agua para Palestina.

Khoury destaca que Gaza se ve especialmente afectada por las acciones de Israel para restringir los derechos sobre el agua.

“Las infraestructuras hídricas y de saneamiento de Gaza han sido objeto de los ataques y la destrucción israelís”.

“El hacinamiento, las tres últimas guerras y el cerco militar han provocado una contaminación total de las aguas subterráneas, por lo que ya no es apta para el consumo humano”, afirma Khoury.

Y como los residentes se ven obligados a beber agua sucia, Gaza tiene una de las tasas más altas de enfermedades transmitidas por el agua en el mundo, añade.

Además, en la Ribera Occidental, destaca Khoury, según el Centro Ma'an para el Desarrollo, Israel, como potencia ocupante, ha aislado cientos de pozos y ha prohibido su uso a los Palestinos.

“Israel decide la ubicación y la profundidad de los pozos;  y esas decisiones, por supuesto, favorecen a las empresas de los asentamientos israelís”.

Por ello Khoury defiende que es necesario oponer “una resistencia creativa” contra la injusticia de la ocupación israelí que ha generado esta injusta disputa entre los derechos sobre el agua de los israelís y los palestinos.

La peregrinación de justicia y paz: www.oikoumene.org/peregrinacion

Siete Semanas para el Agua: www.oikoumene.org/7-semanas-para-el-agua