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Traditional Fijian ceremony

Ceremonia tradicional fiyiana, organizada por la Iglesia Metodista de Fiyi y Rotuma en el Jubilee Hall (Suva) en enero de 2020, para dar la bienvenida a los participantes del Grupo de referencia de la peregrinación de justicia y paz del CMI.

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La Rev. Dra. Mele’ana Puloka, presidenta del CMI para el Pacífico y moderadora de la reunión regional celebrada el 24 de junio, explicó: “Tenemos grupos de oración diaria que se centran en cuatro aspectos: oramos por que nuestro país no se vea afectado por ninguna decisión que no ayude o no esté en consonancia con lo que Dios ha previsto para Tonga y la región del Pacífico en general; oramos por nuestros jóvenes, pues nos damos cuenta de lo importante que es que la iglesia los apoye y ruegue por ellos; y oramos por el bautismo del Espíritu Santo y la protección frente al virus”.

“Un efecto positivo de esta pandemia para algunos jóvenes es que nos hemos tomado este tiempo como una oportunidad de volvernos hacia Dios para que nos sustente en los diversos problemas y dificultades, para estrechar los vínculos familiares, para dedicar más tiempo a la devoción familiar y a orar juntos. Los dirigentes de iglesia también se han servido de la tecnología para llegar a los jóvenes y ello ha fortalecido el vínculo entre los miembros de la iglesia”, afirmó la diaconisa Merenaisi Moapa de la Iglesia Metodista de Fiyi y Rotuma.

“A pesar de las dificultades, en mayo se creó el Consejo Ecuménico Regional de la Juventud, que reúne a un diverso grupo de jóvenes de la región del Pacífico, proporcionando un espacio donde pueden dialogar sobre diversas cuestiones y colaborar con movimientos juveniles para idear estrategias sobre cómo abordar sus preocupaciones, y así poder contribuir a los debates que les atañen”, dijo el Rev. James Bhagwan, secretario general de la Conferencia de Iglesias del Pacífico.

Los participantes también reflexionaron sobre las dificultades a las que se enfrentan las iglesias, tales como el aislamiento, la violencia de género, el desempleo y la presión de recurrir a las industrias extractivas. La explotación minera terrestre y de los fondos marinos sigue siendo el principal problema. También existe la preocupación de que, al darse prioridad al retorno a la “normalidad” en el contexto de la pandemia, se esté dejando de lado la justicia climática.

“En las Islas Salomón, se está trabajando en la reducción de los riesgos climáticos y de desastre. En el ámbito eclesiástico y de la teología de género, se están elaborando políticas para que las iglesias sean lugares seguros y se está obrando para que toda la iglesia se comprometa a luchar contra la violencia de género”, informó Tagolyn Kabekabe, representante de la Iglesia de Melanesia. 

“Junto con el legado de las pruebas nucleares en nuestra región, la decisión de Japón de verter sus residuos nucleares en las aguas del Pacífico constituye otro motivo de preocupación. Las iglesias, la sociedad civil y los organismos regionales han instado al Gobierno japonés a reconsiderar su decisión”, indicó Bhagwan. “Por otra parte, siguen persistiendo, por supuesto, problemas de derechos humanos en Papúa Occidental que suponen un desafío al alzar nuestras voces por la justicia, la paz y la autodeterminación de los pueblos papú, canaco (Nueva Caledonia) y maohi (Polinesia Francesa)”, añadió.

Bhagwan concluyó diciendo: “Aun así, nos esforzamos en seguir siendo pastorales, prácticos, vigilantes y proféticos, trabajando con los gobiernos y otras organizaciones de buena voluntad para servir a la comunidad mientras, de camino hacia la 11a Asamblea, seguimos elevando nuestras voces en favor de la justicia y la paz”.

Más información sobre la Conferencia de Iglesias del Pacífico (en inglés)

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