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Collage of images of Christians, Muslims and Jews, respectively, pictured in the city of Jerusalem.
Fotografía:

Producido a través del Programa Ecuménico de Acompañamiento del CMI en Palestina e Israel, el video arroja luz sobre las amenazas constantes a la libertad de culto y las prácticas discriminatorias, especialmente contra las poblaciones cristiana y musulmana de Tierra Santa.

“Jerusalén es muy importante para todo el mundo, sobre todo para los cristianos, porque es aquí donde se encuentran la divinidad y la humanidad. Es un lugar de encuentro entre el Cielo y la Tierra”, reflexiona Su Beatitud Teófilo III, patriarca de Jerusalén.

“Hemos desplegado grandes esfuerzos para preservar y proteger el especial carácter y estatus político, cultural, multirreligioso y multiétnico de la ciudad de Jerusalén. El statu quo de Jerusalén, multirreligioso y multicultural, está en peligro; de eso no cabe duda. Pero eso es lo que vamos a cuidar y custodiar”, añade el patriarca.

El secretario general del CMI, el Rev. Prof. Dr. Jerry Pillay, señala que Jerusalén es una ciudad sagrada para las tres religiones monoteístas, y que el Consejo Mundial de Iglesias está comprometido a preservarla como símbolo de coexistencia y paz.

“En repetidas ocasiones a lo largo de los años, hemos sido testigos de actos del Gobierno de Israel que niegan a cristianos y musulmanes la igualdad de oportunidades para ejercer sus derechos religiosos y su libertad en Jerusalén”, afirmó. “En calidad de Consejo Mundial de Iglesias, hemos denunciado sistemáticamente las iniciativas que amenazan el delicado conjunto histórico de relaciones, derechos y obligaciones comprendidos en los acuerdos sobre el statu quo de Jerusalén”.

Carla Khijoyan, responsable del programa del CMI para la construcción de la paz en Oriente Medio, destacó el hecho de que Jerusalén debe ser una ciudad donde sean respetados y protegidos por igual la dignidad, el patrimonio y los derechos de todos sus habitantes: cristianos, musulmanes y judíos.

“En estos tiempos de conflicto y sufrimiento extremos en toda la región, todo acto que restringe las libertades religiosas exacerba aún más las tensiones y profundiza las divisiones”, afirmó. “Como Consejo Mundial de Iglesias, afirmamos que la paz verdadera y duradera solo puede lograrse cuando se defiende y se protege la justicia, la igualdad y la humanidad compartida de todas las comunidades de Jerusalén y de toda la región”.