“Los golpes militares en ambos países han venido acompañados de la detención arbitraria de dirigentes políticos, activistas de los derechos humanos y periodistas; la ausencia de garantías procesales para los arrestados; el uso desproporcionado y mortífero de la fuerza contra los manifestantes; y la imposición de restricciones a los medios de comunicación independientes y al acceso a la información...” dice la declaración. “Las acciones de los dirigentes militares de Myanmar y de Sudán constituyen ataques inadmisibles a la transición democrática y a las poblaciones de ambos países”.
Los dos países han sido modelos de progreso en sus respectivas regiones, destacó el Comité Ejecutivo del CMI. “El restablecimiento del gobierno civil y el retorno a la senda de la reforma legal e institucional para hacer realidad las aspiraciones democráticas de los pueblos, el estado de derecho y el respeto de los derechos humanos revisten una importancia que trasciende las fronteras de estos dos países”, afirma la declaración.
El Comité Ejecutivo del CMI celebra su primera reunión presencial en dos años, del 12 al 17 de noviembre, en el Instituto Ecuménico de Bossey.
El Comité Ejecutivo del CMI “reimagina el futuro” con un sentimiento de esperanza
El Comité Ejecutivo del CMI celebra su primera reunión presencial en dos años