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La Dra. Souraya Bechealany. Foto: Albin Hilbert/CMI, 2018

La Dra. Souraya Bechealany. Foto: Albin Hilbert/CMI, 2018

El 26 de marzo, el Consejo Mundial de Iglesias (CMI) y las organizaciones ecuménicas regionales emitieron una histórica declaración pastoral en la que afirmaban la urgencia de unirse para proteger la vida ante la pandemia de COVID-19.

Desde entonces, el CMI ha ido recopilando los puntos de vista de las diversas regiones sobre la importancia de cuidar de nuestra familia humana, que es una sola.

La Dra. Souraya Bechealany es secretaria general del Consejo de Iglesias de Oriente Medio.

¿Por qué pensó que era importante apoyar la declaración histórica de las organizaciones ecuménicas regionales sobre la respuesta a la COVID-19?

Dra. Bechealany: En estos momentos en que la crisis de COVID-19 desafía y cuestiona a toda la humanidad, es importante que las iglesias, juntas en el cuerpo de Cristo, hablen alto y claro para dar testimonio de nuestra fe y nuestra esperanza en Jesucristo resucitado, y osen la palabra profética que nos ha sido confiada.

En su opinión, ¿cuál es el principal mérito del mensaje?

Dra. Bechealany: Es un llamado a proteger nuestras vidas y nuestra salud, y la salud de los demás, como máxima expresión del amor a Dios y a nuestro prójimo; a vivir este tiempo en gran solidaridad espiritual con uno mismo y con la humanidad. También es un llamado a considerar este período como un tiempo bendito que nos permite reflexionar profundamente sobre el bien común, la buena gobernanza y los valores éticos arraigados en nuestra tradición.

¿Qué papel pueden desempeñar las iglesias de su región en estos momentos?

Dra. Bechealany: Acompañar al creyente en su camino por el desierto, escucharle y dar un sentido a las difíciles y duras experiencias que está viviendo. Suspender completamente los cultos, las reuniones y las actividades parroquiales. En el marco de la atención y la investigación sanitarias, poner a disposición los hospitales que pertenecen a las iglesias para acoger a personas infectadas por la COVID-19. Involucrar a las universidades en la investigación, como se ha hecho en el Líbano con resultados convincentes. A nivel social, apoyar a los gobiernos y los organismos públicos poniendo edificios eclesiales y capacidades y potencialidades sociales al servicio de la población. Apoyar a las familias y las personas necesitadas.

Una declaración conjunta del CMI y de las organizaciones ecuménicas regionales insta a mantener la unión para proteger la vida (comunicado de prensa del CMI del 26 de marzo de 2020)

Página web del CMI: Cómo afrontar el coronavirus