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Where there’s a Word, there’s a way. © Marieke Viergever/Protestant Church in the Netherlands

La Iglesia Protestante en los Países Bajos afronta el desafío de ser iglesia “de una manera auténtica”, dice el Dr. Arjan Plaisier, secretario del Sínodo General de la Iglesia Protestante en los Países Bajos.

“En los Países Bajos venimos de una gran época en la que sabíamos que todo iba bien y teníamos respuestas para todo” dice; “pero ahora no sabemos explicar con palabras por qué seguimos siendo una iglesia. Nos enfrentamos a un futuro incierto”.

En el documento de política “Church 2025 - Where there’s a Word, there’s a way,” (La Iglesia 2025: donde hay una palabra, hay un camino), resume su visión de la Iglesia Protestante en los Países Bajos. El documento plantea una pregunta clave para Plaisier: “¿No será el momento de volver a los orígenes?”

Plaisier alude el pasaje de Marcos 6, 7-9, en que Jesús envía a sus discípulos, dándoles instrucciones de no llevar consigo nada innecesario; solo un par de sandalias para el camino.

“Hoy en día las palabras de Jesús, 'solo unas sandalias para el camino', adquieren una nueva relevancia” dice en el documento. “Como iglesia protestante, nos hemos cargado de mucho peso. Por el camino hemos ido adquiriendo y logrando cosas que han influido en nuestra forma de seguir la senda de Jesús, y en esa senda hemos experimentado mucha de la bondad de Dios”.

“Al mismo tiempo sentimos que el camino se ha ido haciendo cada vez más difícil. Es como si nos hubiésemos quedado atrapados en nuestra propia cultura eclesiástica. Muchos nos ven como una iglesia gobernante. ¿De qué manera podemos tomar ese camino más ligero por el que Jesús envió a sus discípulos?”

Hablando de su documento, Plaisier pregunta apasionadamente “¿No podríamos inspirarnos en el comienzo del cristianismo? ¿Volver al dinamismo de los inicios de la fe? ¿Y luego, sobre la base de lo que allí encontremos, ver qué queremos conservar y de qué podemos desprendernos?”

Plaisier opina que es nuestra responsabilidad ser “enviados de Jesús”, y nos insta a pensar en los discípulos. “Se fueron sin cargas,” señala, “solo llevaron sus sandalias: para aligerar el paso y el camino. Eso aporta entusiasmo y energía”.

Escuchar a la iglesia y a la sociedad

Desde septiembre de 2014 la Iglesia Protestante en los Países Bajos se ha centrado en el futuro, promoviendo debates con científicos, observadores de tendencias, ministros, miembros de los consejos de iglesias, sínodos y jóvenes, entre otros.

En febrero de 2015 la Iglesia Protestante llevó a cabo una encuesta pública entre sus miembros pidiéndoles su opinión acerca del futuro. Participaron unas 18 000 personas.

“Tengo que agradecer al departamento de comunicación de nuestra organización por su excelente trabajo y su labor movilizando a la gente para que respondiera a la encuesta”, dice Plaisier. “La mayoría de encuestados estaban entusiasmados por que se les pidiera su opinión. Todos pudieron reflexionar al respecto y expresar su opinión de forma productiva”.

Plaisier reconoce que sus preguntas son difíciles y que no tienen fácil respuesta. Pero la inacción no es una opción, añade. “Nos enfrentamos a una reducción de la membresía de la iglesia, pero no vamos a sentarnos en una esquina y ser pesimistas” dice.

Plaisier agradece poder hacer estas preguntas en un contexto ecuménico. “Estoy seguro de que los desafíos que afrontamos son similares a los de otras iglesias”, afirma; “creemos que este informe puede aportarles ideas”.

Actuar como una iglesia unificada es también una forma de “volver a los orígenes”, señala. “No hagamos las cosas por nuestra cuenta. Seamos iglesia juntos. Nos necesitamos”.

El documento “Church 2025” comienza con la siguiente pregunta: ¿por qué la iglesia?, Plaisier anima a los lectores a explorar la esencia de la identidad de la iglesia.

“La iglesia parece una institución distante y extraña a muchos de nuestros contemporáneos, por lo que este es un momento especialmente apropiado para redescubrir lo que yace en el corazón de la iglesia y volver a los orígenes”, escribe Plaisier. “Es el ejercicio de volver a ver el bosque y no solo árboles, de disfrutar de ello nosotros mismos y ser capaces de irradiar esa felicidad sobre los demás”.

El documento analiza de forma sucinta la cultura y su influencia en la iglesia, para luego plantear preguntas sobre lo que debería ser el centro de atención de la iglesia.

“¿De qué deberíamos desprendernos y qué deberíamos estar seguros de querer hacer? ¿Qué es lo que hace falta en este momento? ¿En qué ámbitos necesitamos preparación y recursos para ser una iglesia relevante, tanto para nosotros mismos como para los demás?”

Plaisier también aborda los cambios estructurales que la iglesia puede hacer: “Entre las palabras clave a este respecto destacan transparencia, espacio y simplicidad”, dice en su documento.

“Por supuesto, como iglesia, no deberíamos ocuparnos exclusivamente de nuestra propia organización, pero a veces es necesario que así sea”, añade. “Una buena organización es útil. Cuando se vuelve muy restrictiva o demasiado encasillada en un marco cultural o en una cultura eclesial que se erosiona a medida que las personas y los recursos van desapareciendo, es hora de cambiar las cosas”.

El documento de Praisier, dijo la Rev. Karin van den Broeke, moderadora del Sínodo General de la Iglesia Protestante en los Países Bajos y miembro del Comité Central del Consejo Mundial de Iglesias, puede verse como una parte de la peregrinación de justicia y paz.

“Vivir en un mundo con múltiples religiones y visiones del mundo obliga a la Iglesia Protestante en los Países Bajos a replantearse la postura del cristianismo”, dice. “Entendemos este reto como una oportunidad para redescubrir el sentido y el don de ser iglesia. La declaración sobre misión del CMI, Juntos por la Vida, habla sobre la misión desde los márgenes. Quienes están en los márgenes tienen capacidad de acción y, con frecuencia pueden ver lo que desde fuera escapa a la vista”.

Disfrutamos de la contribución del Evangelio como un mensaje que da vida, libera y estimula, añade. El documento “Church 2015” insta a la Iglesia Protestante en los Países Bajos a volver a los orígenes. En nuestra peregrinación de justicia y paz celebramos la vida de la iglesia y alentamos a nuestros miembros a recibir al Espíritu Santo, a leer la Biblia y a cuidar de nuestros congéneres y de la Creación”.

El futuro cierto de la iglesia

Plaisier dice esperar que la Iglesia Protestante en los Países Bajos logre hacer cambios institucionales en uno o dos años. “Estoy profundamente convencido de que lo necesitamos”.

Tener esperanza en una iglesia del futuro crea una conexión constructiva entre las personas, afirma Plaisier.

Una parte de esa vuelta a los orígenes implica redescubrir la sencilla alegría de la iglesia, dice en su documento.

“Cualquiera que lea el Nuevo Testamento puede apreciar la alegría que emana del texto siempre que se menciona a la iglesia. Piense en las imágenes gloriosas de 'la novia' y 'del cuerpo de Cristo', imágenes que representan la iglesia como un don del mismo Dios y no un producto de laboriosos esfuerzos humanos”.

Y añade: “Hablar de la iglesia evoca casi automáticamente otras palabras e imágenes, como decadencia y obsolescencia, o la imagen de un antiguo edificio cubierto de una gruesa capa de polvo. La iglesia que una vez constituyó una parte importante de nuestra cultura y nuestra sociedad ahora parece innecesaria. En tiempos así, la tentación de renunciar a la iglesia es por tanto claramente reconocible”.

Pero Plaisier cree que la vida siempre incluirá a la iglesia: “La iglesia no fue un proyecto humano, sino un regalo de Dios”, dice en su documento; “es un don que resiste a la erosión, los daños, las manchas y el óxido. Aunque la iglesia esté cubierta por una capa de polvo, la vida que yace bajo esta nunca podrá apagarse. Dios mismo la mantendrá viva por medio de sus caminos secretos”.

Texto de “Church 2025 - Where there’s a Word, there’s a way” (La Iglesia 2025: donde hay una palabra, hay un camino) (en inglés)

Información sobre la Iglesia Protestante en los Países Bajos