La guerra, los conflictos étnicos, millones de refugiados y una situación humanitaria en deterioro son el panorama sombrío que rodea a la discusión de Oriente Medio.
Sin embargo, es demasiado pronto para ceder a la desilusión y el temor, dicen varios testigos del drama mortífero que se desarrolla en el lugar.
Las realidades de Oriente Medio constituyeron la base de la discusión plenaria del 25 de junio en la reunión del Comité Central del Consejo Mundial de Iglesias (CMI) en Trondheim (Noruega). Moderó la sesión el presidente del CMI para la región de Europa, el obispo sueco Anders Wejryd.
El Dr. Tarek Mitri, del Patriarcado Ortodoxo Griego de Antioquía, profesor de la American University, de Beirut, dijo que el anhelo de democracia que motivó la Primavera Árabe sigue viviendo en la profundidad de las brasas desparramadas en toda la región, aunque tal vez no en los modelos fuertemente occidentales previstos por europeos y estadounidenses.
Mitri reconoce que las luchas contra los antiguos regímenes autoritarios degeneraron sobre todo en enfrentamientos étnicos y religiosos en Siria e Iraq y Libia, o precipitaron la reafirmación de administraciones autoritarias, como en el caso de Egipto.
“Los grupos étnicos, y los grupos religiosos, son actores y víctimas de la identidad política” en todo el mundo árabe, indica Mitri. “Se tienen razones suficientes para temer que muchos países seguirán la debacle hacia la desintegración, la violencia y el caso. Con todo, están produciéndose cambios que podrían… abrir la vía de la reintegración.”
En alusión a los giros en Siria e Iraq y en Egipto, Libia y Palestina, Mitri indicó que “la transición de los regímenes autoritarios a la democracia ha probado ser más ardua de los previsto”. Y que “el duro trayecto hacia la transformación democrática no terminará de recorrerse mediante la adopción de un modelo presuntamente universal de transición”.
Por el contrario, señaló, la atención debiera centrarse en forjar una cultura de inclusión, tanto interétnica como interreligiosa. “Los cristianos tienen las herramientas intelectuales y la motivación moral” para una labor de este tipo, así como “los recursos espirituales para resistir al alarmismo de la guerra”, señaló. El futuro de los cristianos y de las demás poblaciones de Oriente Medio depende de “la capacidad de todos de reconstruir Estados basados en la ciudadanía y el estado de derecho, reconociendo la riqueza de la pluralidad religiosa y cultural”.
La triste letanía de Siria —quizá medio millón de muertos, 14 millones de personas necesitadas de asistencia humanitaria, seis millones de desplazados internos y cinco millones de refugiados— formaron el telón de fondo de la presentación de Hind About Kabawat sobre “los imperativos éticos de la delicada situación” en Siria. Es responsable especialista de programas en el United States Institutes of Peace, cuyo eje es la diplomacia.
“Pese a esta situación trágica”, dijo, “sigue habiendo indicios de esperanza y excelentes iniciativas de consolidación de la paz en marcha en el terreno”. Encomió la participación del CMI en la búsqueda de una solución no militar para la participación interreligiosa, pero pidió a las iglesias que se centraran en atender las necesidades humanas reales a corto plazo mediante el trabajo humanitario, y a largo plazo, en construir instituciones educativas y otras instituciones comunitarias locales, estableciendo signos de esperanza para toda la población. También instó a las iglesias a impulsar específicamente un verdadero cese del fuego, el fin de los asedios y “el hambre como arma de guerra”, además de la liberación de los presos políticos.
La Dra. Muna Mushahwar, comoderadora del Foro Ecuménico Palestino-Israelí, iniciativa del CMI, se centró en el ciclo de “ocupación, humillación y encarcelamiento” en Gaza, Jerusalén y la Ribera Occidental. En el conflicto entre Israel y Gaza del verano europeo de 2014, dijo, 2,139 personas fueron asesinadas (incluidos unos 500 niños), 11 000 heridas, y 500,000 desplazadas, y “Gaza se convirtió en una montaña de escombros”.
¿Qué pueden hacer las iglesias? También Mushahwar dijo que los cristianos “debían centrarse en los seres humanos” y sus necesidades concretas, y trabajar en escuelas y bibliotecas y en iniciativas locales, utilizando sus peregrinaciones a Tierra Santa para reunirse y trabajar con los verdaderos habitantes, rigiéndose por el marco del Documento Kairos, y animando a la resistencia no violenta.
Según el Sr. Hany Fawzi, de la Iglesia Ortodoxa Copta, se perciben indicios de esperanza, y se centró en el papel de la generación del milenio en Egipto durante y desde la revolución de 2011. Con más del 40 por ciento de los egipcios menores de 40 años de edad, dijo, su destreza en el manejo de los medios sociales de comunicación no solo encabeza nuevas agencias para el cambio; también señala la llegada y la importancia de una nueva generación de activistas en Oriente Medio. “Las redes mundiales de la indignación y la esperanza”, señaló, “que defienden los mismos valores universales y luchan contra la opresión” presagian la victoria a largo plazo de la gobernanza incluyente, los derechos humanos y la vida religiosa plural.
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