Reportaje
Pero cuando Donna Bollinger y Ryan Smith, los dos miembros del personal de la Oficina Ecuménica del Consejo Mundial de Iglesias (CMI) ante las Naciones Unidas, se visten de negro, no intentan encajar ni estar a la moda. De hecho, más que armonizarse con sus conciudadanos neoyorquinos, lo que buscan es destacar y llamar la atención sobre la campaña de los Jueves de negro del CMI.
La expresión más visible de la campaña son las personas del mundo entero que se visten de negro los jueves de cada semana. Es una manera de acordarse con frecuencia de la tragedia de la violencia de género y de recordarla a los demás. Quienes apoyan la campaña llevan puesta ropa negra o una insignia para mostrar que forman parte del movimiento mundial que rechaza las actitudes y prácticas que permiten las violaciones y la violencia.
La visibilidad de la campaña con el color negro saca a la violencia de género de las sombras oscuras. Las víctimas de la violencia temen el estigma y sufrir más violencia, lo que con frecuencia las obliga a permanecer calladas. La campaña anima a las personas a denunciar la violencia para garantizar que las mujeres y los hombres, los niños y las niñas, estén a salvo de las violaciones y la violencia en sus hogares, escuelas y trabajos y en las calles.
La oficina donde trabajan Bollinger y Smith está situada enfrente de la sede de las Naciones Unidas en el Church Center de las Naciones Unidas. El edificio acoge a varias oficinas de promoción ante la ONU de denominaciones de los Estados Unidos y de religiones mundiales, así como distintas organizaciones no gubernamentales. Allí, varias de las oficinas de promoción pertenecen a iglesias miembros del CMI en los Estados Unidos, como la Iglesia Metodista Unida, la Iglesia Evangélica Luterana en América (junto con la Federación Luterana Mundial) y las Iglesias Bautistas Estadounidenses en los Estados Unidos de América.
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Donna Bollinger y Ryan Smith, miembros del personal de la Oficina Ecuménica del Consejo Mundial de Iglesias ante las Naciones Unidas. Fotografía: Ivars Kupcis/CMI
El trabajo de Bollinger y Smith ha contribuido a aumentar la visibilidad de los Jueves de negro entre los inquilinos del Church Center y los órganos de la ONU.
Un jueves de septiembre en la oficina del CMI mientras la Asamblea General de la ONU se encontraba en período de sesiones al otro lado de la calle, Bollinger dijo que las cuestiones de género son una de las dos principales áreas temáticas en las que Smith y ella trabajan, y por eso los Jueves de negro encajan de forma natural. La campaña, con su apoyo amplio y visible, les brinda a ambos una base para plantear la violencia de género en sus actividades de promoción con órganos intergubernamentales de la ONU, instituciones de la sociedad civil y otras organizaciones religiosas.
La campaña ha sido adoptada por otros inquilinos del edificio y muchos de sus miembros del personal también visten de negro los jueves. Además, la capellana del edificio, Rev. Dionne Boissiere, introduce la campaña como parte del servicio para los residentes que ofrece cada semana en la capilla.
Cuando Bollinger y Smith impulsan los Jueves de negro, uno de sus objetivos según Bollinger es conseguir que otras organizaciones y secciones de la ONU manifiesten también su apoyo. Además, “trabajamos con ellas para que promuevan el compromiso con la campaña”, añadió.
Smith explicó que, en momentos como la Asamblea General de la ONU, muchos dirigentes gubernamentales de alto nivel se reúnen en la ciudad de Nueva York, y el personal de la oficina del CMI ante la ONU aporta una voz de fe a esas reuniones.
Y durante todo el año en el Church Center, “la campaña es una oportunidad que permite a la comunidad eclesial actuar unida cada jueves para defender lo que llevamos mucho tiempo haciendo”, dijo Smith.
