¿Cómo un grupo de Minnesota se centra en la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos de 2023 mientras, al mismo tiempo, aborda el problema urgente del racismo, la violencia y la supremacía blanca que le rodea?
“Con mucha oración”, responde rápidamente la Rev. Stacey L. Smith, pastora y consejera presidente de la Iglesia Episcopal Metodista Africana St. James en Saint Paul. “Todo es muy crudo”.
La ciudad se encontraba al límite antes, durante y después del juicio al ex agente de policía de Mineápolis Derek Chauvin, que fue declarado culpable del asesinato de George Floyd. Muchas personas del mundo entero se escandalizaron y enojaron después de ver el vídeo del brutal asesinato, y muchas esperaban ansiosamente el veredicto anunciado el 20 de abril.
El asesinato de George Floyd es el resultado trágico de lo que los habitantes de Minnesota y del resto de los Estados Unidos de América están asimilando: los cuatrocientos años de historia de esclavitud y supremacía blanca que acentúa no solo la brutalidad policial, sino la vida cotidiana en el lugar de trabajo, en las calles, e incluso en las iglesias.
El grupo de dirigentes religiosos que se reúne tranquilamente en Minnesota expresa dolor, ira y tristeza mientras crea los materiales que se utilizarán en la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos en 2023.
La Semana de Oración por la Unidad Cristiana ha sido organizada conjuntamente por el Consejo Mundial de Iglesias y el Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos de la Iglesia Católica Romana desde 1968. Cada año, se invita a los asociados ecuménicos de una región en particular a producir un texto litúrgico.
Mientras hablan de desmantelar y hacer frente al poder y el principado de la supremacía blanca, los miembros del grupo han sido capaces de expresar también lo que ocurre en sus comunidades y en sus iglesias, dijo Smith. “Simplemente nos ayudamos entre nosotros”, añadió. “Damos espacio a los demás”.
La mayoría de los integrantes del grupo ya se conocían antes de empezar a trabajar en los materiales de la Semana de Oración, explicó Jim Bear Jacobs, director del programa de justicia racial del Consejo de Iglesias de Minnesota y miembro de la Nación Mohicana. “Cosas como la agenda y los temas a tratar se quedan en un segundo plano y estamos aquí en respuesta a los demás”, dijo.
Los integrantes del grupo que han brindado atención pastoral sin descanso a los miembros de sus iglesias también dan –y reciben– la atención pastoral que tanto necesitan de los demás.
“Este es un espacio increíble donde las historias sagradas que cada uno comparte nos permiten ver lo sagrado en los demás”, dijo la Prof.ª Dra. Cynthia Bailey Manns, directora de educación para adultos en la Iglesia de Santa Juana de Arco y coordinadora del Programa de Certificado en Dirección Espiritual de la St. Catherine University en Saint Paul.
Mientras discuten detenidamente las ideas, llegan a conocerse todavía más, afirmó el Rev. Dr. DeWayne L. Davis, ministro principal de la Iglesia Congregacional de Plymouth en el sur de Mineápolis. “No siento que sea una tarea rutinaria para mí”, dijo, “porque muchas personas llenan el espacio con buenas ideas”.
“En este grupo, podemos compartir nuestras preocupaciones y nuestras urgencias”, dijo Davis. “Hemos llegado a decir algunas cosas duras aunque no las pongamos sobre el papel”.
Cuando se dictan veredictos, pero continúan nuevos episodios de violencia contra las vidas de los negros en una comunidad tras otra, ¿queda siquiera tiempo para reflexionar?
“La evolución de lo que he escrito y lo que escribiré es evidente ahora y después del veredicto sobre el caso de George Floyd”, dijo Manns.
“Es difícil escribir algo para dentro de dos años y sentir esta sensación de inmediatez y urgencia”, dijo Jacobs, “pero la situación que condujo a este año ha sido perpetuada en gran parte por cómo la supremacía blanca ha puesto sus garras en la iglesia estadounidense, particularmente en la iglesia blanca”.
“Tenemos que ser la voz profética de nuestro tiempo, ahora”, añadió. “Espero que podamos”.
El grupo comparte el compromiso con la justicia racial y la justicia social que se ve resaltado por el amor de unos hacia otros. “No escribo para 2023, escribo para hoy”, dijo Jacobs. “Escribimos sobre estas injusticias en 2021 sabiendo que serán un problema en 2023”.
El grupo está seguro de que el mundo necesitará su mensaje en 2023, y espera que esté preparado para escuchar.
“Lo que hacemos y sentimos hoy será necesario cuando llegue a escena en 2023”, dijo Smith. “Tengo que creer que Dios está realmente dirigiendo esto”.
“Nosotros somos las vasijas”, añadió Smith. “Qué privilegio poder hacer esto: dar a la gente la sensación de ver a Dios en acción a través de todo el estiércol y el fango”.
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