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A woman prays in the Church of the Holy Sepulchre. Thousands of Christians march the Via Dolorosa on Good Friday, marking the stations of the cross in the Jerusalem Old City, in memory of the path Jesus walked carrying his cross towards his crucifixion.
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La lucha por la justicia y la equidad nunca es más fácil

Aunque las iglesias negras históricas de los Estados Unidos de América estaban a la vanguardia del cambio racial una generación atrás, los actuales dirigentes de las iglesias negras afrontan situaciones más complejas, heterogéneas y frustrantes.

Mientras que, de forma generalizada, las iglesias de EE. UU. luchan por adaptarse al “ajuste de cuentas en materia racial” que se está dando en los Estados Unidos, precipitado por la violencia policial contra los afroamericanos y por una mayor conciencia de las desigualdades sistémicas que afrontan este sector de la población y otros grupos minoritarios, los problemas afectan especialmente a las iglesias y a las congregaciones afroamericanas, según afirman los dirigentes de las iglesias que participan en la reunión del Comité Central del CMI.

Por un lado, no son ellas el problema. “Como denominación predominantemente afroamericana, la mayor parte de nuestro trabajo en materia de racismo tiene lugar fuera de nuestras iglesias”, explica la obispa Jefferson-Snorton, de la Iglesia Episcopal Metodista Cristiana en Alabama, miembro del Comité Central.

“En el entorno ecuménico y entre las iglesias predominantemente blancas”, afirma, “seguimos sintiendo que no hay suficiente educación ni conciencia sobre los asuntos raciales ni sobre su verdadera repercusión. Para muchos es difícil entender una realidad que nunca ha sido la suya, y pueden olvidarse del asunto una vez que termina la conversación”.

La obispa Jefferson-Snorton fue una de las representantes estadounidenses en la reciente reunión del Comité Central. Entre los participantes en la reunión en línea hubo miembros del Comité Central, responsables ecuménicos y aliados de los ministerios especializados procedentes de las iglesias negras históricas y de otros entornos que cuentan con una proporción significativa de miembros afroamericanos.

Otro problema fundamental son los recursos, recordó el Dr. Tyrone Pitts, quien fue durante veinte años secretario general de la Convención Nacional Bautista Progresista –una institución promotora del cambio durante el movimiento por los derechos civiles– y durante diez años, miembro del personal ejecutivo del Consejo Nacional de Iglesias de Cristo en E.E. U.U..

“Desde la década de los noventa”, afirma, “las iglesias europeo-americanas de Estados Unidos no se han planteado seriamente la posibilidad de asignar recursos a programas para luchar contra el racismo. Las denominaciones afroamericanas han seguido su propio camino para luchar contra el racismo, a menudo, en soledad”.

“Ahora veo que las iglesias europeas en los E.E. U.U. han adquirido una renovada conciencia de la necesidad de combatir el racismo, pero no parecen dispuestas a aportar los recursos financieros necesarios para dar un testimonio efectivo en la transformación de los sistemas racistas y de las estructuras que lo sustentan”, dijo Pitts.

Los programas de formación, la creación de espacios seguros donde entablar un verdadero diálogo, las actividades de promoción en materia legislativa, o la concesión de becas para los más necesitados requieren la inversión de los propios recursos de las iglesias y de fondos externos.

Una compleja herencia y la invariable desigualdad

“Pero el mayor dilema”, prosigue Pitts, “es cómo conseguir que la comunidad cristiana eurocentrista estadounidense más amplia se involucre seriamente en la lucha contra el racismo, en nuestro contexto nacional y en el extranjero” y “cómo convencer a las iglesias europeoamericanas de que la lucha contra el racismo, tal como decía el Rev. Luther King, está inextricablemente vinculada con el capitalismo, el militarismo y la injusticia económica”.

Otros opinan igual. Hablando de su experiencia en el contexto canadiense, el Rev. Dr. Japhet Ndhlovu, de la Iglesia Unida de Canadá, dijo: “Es una ardua tarea lidiar con la actitud defensiva de los blancos y cuestionarla, así como incrementar la capacidad emocional de los blancos para emprender la lucha contra la opresión a nivel individual. Este trabajo implica hacer frente a la negación de la persistencia del colonialismo por parte de personas no indígenas y la reparación de los daños ocasionados en las relaciones por la violencia colonial y espiritual perpetuada por la iglesia”.

Uniéndose a activistas y defensores de la moral, la resucitada Campaña de los pobres: un llamado nacional para el renacimiento moral es una iniciativa nacional arraigada en el activismo eclesial y encabezado por el obispo William J. Barber II y la Rev. Dra. Liz Theoharis.

La cultura eclesial cuestionada por el Evangelio

Aun la propia cultura eclesial ha ocultado el problema en cierta medida, incluso en un organismo históricamente progresista y orientado a la justicia como la Iglesia Unida de Cristo (UCC, por su sigla en inglés), según cuenta la ministra general adjunta de Wider Church Ministries, la Rev. Dra. Karen Georgia Thompson. “Decir la verdad es importante para hacer frente al racismo”, afirma; pero eso implica “ser capaces de ver las formas en que la institución, cuyas bases se asientan sobre el colonialismo y el patriarcado, contribuye aún a las desigualdades que se manifiestan como racismo e injusticia racial”.

Paralelamente a su campaña educativa “Join the Movement” (Únete al movimiento), la Rev. Thompson destaca el proceso de auditoría racial actualmente en marcha en la institución. “Este proceso analizará todos los ámbitos de la organización, especialmente las políticas, los documentos de gobernanza, la contratación de personal, etc., con el fin de discernir las formas en que el racismo existe en la organización”, y así arrojar luz sobre ellas y poder eliminarlas.

Tanto en las iglesias como en la sociedad en general, ya sea a nivel individual o colectivo, precisa la Rev. Thompson, acabar con el racismo aún requiere que se den cambios fundamentales. “Los discursos racistas están desprovistos de amor, el mismo amor de Dios que consideramos un elemento esencial del Evangelio y del mensaje que Dios nos dio a través de Jesucristo”.

Las iglesias norteamericanas frente a la pandemia racial (artículo del CMI, publicado el 14 de febrero de 2022)

Campaña de los pobres: un llamado nacional para el renacimiento moral

Consejo Nacional de Iglesias de Cristo en los E.E. U.U: campaña A.C.T. Now to End Racism (en inglés)

Un nuevo programa del CMI para luchar contra el racismo

Comité Central del CMI 2022