El moderador del CMI, el obispo Dr. Heinrich Bedford-Strohm, describió el plenario como un momento culminante de la reunión del Comité Ejecutivo. “Ver el intercambio directo y pacífico entre el Gobierno y las guerrillas reforzó mi esperanza de que haya posibilidades de lograr la paz”, dijo. “Cabe destacar que tanto los representantes del Gobierno como los de la guerrilla han puesto de relieve el importante papel que las iglesias locales involucradas y el CMI pueden desempeñar en el proceso de paz”.
Además de ser histórica desde la perspectiva del órgano rector del CMI, la sesión plenaria supuso un hito a ojos de los colombianos, según señaló la Rev. Vilma Yanez, de la Iglesia Presbiteriana de Colombia, y miembro del Comité Central del CMI.
“Se trata de un momento histórico para Colombia y será un momento histórico para el CMI, así que muchas gracias por todo este liderazgo y por su compromiso de acompañarnos y contribuir a la paz justa en este hermoso país nuestro”, añadió. “Sabemos que venir hasta aquí no es fácil; tienen que sacrificar el trabajo, a la familia, pero es la única manera de conocer de cerca las complejas situaciones del país”.
Proceso transformador
Yanez añadió que la presencia del Consejo Mundial de Iglesias en Colombia permite a la Iglesia Presbiteriana de Colombia tener un contacto más estrecho con el Gobierno, las embajadas y otras iglesias a fin de fortalecer la unidad en la búsqueda de la deseada paz. “Las medidas adoptadas ahora serán como el aleteo de una mariposa: el movimiento llegará a lugares inesperados, transformando la guerra y el conflicto en paz”, dijo.
Como pastora, Yanez también ha visto cómo se desarrollará el proceso de paz sobre el terreno, ya que ha trabajado como educadora de niños y adolescentes.
“Como pastora, he liderado y motivado a la iglesia para desarrollar un programa en dos sectores vulnerables de la ciudad: sectores caracterizados por la pobreza y la falta de oportunidades en términos de salud, educación y trabajo decente, situaciones que se convierten en un caldo de cultivo para la violencia, la actividad de las bandas y el consumo de drogas, entre otros”, dijo.
Louise Wilson, jefa adjunta de la Misión de Irlanda en Colombia, dijo que era un honor participar en el proceso de paz. “Llevamos muchos años trabajando activamente aquí brindando apoyo a la paz”, dijo, a lo que añadió que le encantaría ver la aplicación del acuerdo de paz de 2016.
“Hemos expresado nuestro pleno apoyo al proceso de paz del Gobierno”, dijo Wilson. “Consideramos que el diálogo es la única solución y estamos muy contentos de apoyarlo de todas las maneras que podamos”.
Wilson dijo que reconocía que existen muchos desafíos, pero también una firme voluntad de lograr la paz desde muchas partes. “Esperamos llegar a una conclusión que beneficie en última instancia a las comunidades que viven en esas zonas”.
Los únicos caminos hacia la paz
Raúl Rosende, representante adjunto de la Misión de la ONU en Colombia, hizo hincapié en que el diálogo y la negociación son los únicos caminos hacia la paz.
“El camino coercitivo es muy costoso en términos humanitarios y humanos”, dijo. “No es eficaz. No conduce a la solución del conflicto. No conduce al final de la violencia”.
Antes, en la sociedad colombiana existía el principio de que “nada está acordado hasta que todo esté acordado”, que significa que la paz comienza a implementarse cuando se alcanza el último acuerdo con el grupo armado.
“Ya no es así”, dijo Rosende. “En el camino del diálogo, de las negociaciones, en el que estamos trabajando junto al Consejo Mundial de Iglesias, la idea es alcanzar acuerdos preliminares, provisionales, e implementarlos. Están implementados. Y esto es fundamental, sobre todo a nivel de los territorios y a nivel de la tierra, la tierra para los agricultores pobres”.
Rosende reflexionó asimismo sobre la presencia territorial que tienen las iglesias. “Ustedes están en lugares donde no está nadie, desde luego donde no está el Estado”, dijo. “Así que, cuando alguien intenta desarrollar algunas iniciativas, hay pastores, iglesias, sacerdotes… y esto hace viable la iniciativa de paz. Y también está el aspecto de la legitimidad. Cuando las iglesias están presentes en una iniciativa específica, las personas y las comunidades tienden a confiar en su papel”.
La sesión plenaria se basó en el papel del CMI como acompañante permanente en la Mesa de Diálogos de Paz entre el Gobierno de Colombia y el Estado Mayor Central de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo.
El Comité Ejecutivo del CMI se reúne en Bogotá (Colombia), del 6 al 11 de junio, donde el órgano rector se centra en las cuestiones administrativas de la organización y en aprender sobre la vida y el testimonio de las iglesias, esenciales en la peregrinación de justicia, reconciliación y unidad.