Cuando las aguas regionales se entremezclaron, la congregación oró: “Somos alimentados y sustentados y estamos interconectados. Dependemos de toda la vida en nuestro planeta. Estamos unidos en Cristo en el bautismo. Somos purificados. Somos bendecidos”.
Durante el servicio, música de muchas naciones y pueblos enriqueció la calidad de la oración. Hubo un Gloria en estonio, un Aleluya en ruso, una oración maorí de acción de gracias, y otras piezas musicales de Japón, el Líbano, Europa, las Américas y Sudáfrica. Una danza litúrgica inspirada en Proverbios 8 representó la amplitud de la sabiduría divina y las bendiciones de la creación.
La lectura bíblica fue Colosenses 1:15-20, que proclama que en Jesucristo “fue creado todo lo que hay en los cielos y en la tierra”. El texto concluye diciendo: “porque al Padre le agradó que en él habitara toda plenitud, y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, tanto las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz”.
A medida que vayan teniendo lugar los servicios de oración celebrados por la mañana, al mediodía y por la tarde, los textos, actuaciones, música y oraciones proporcionarán bases de reflexión para encuentros de pequeños grupos y estudios bíblicos entretejidos en el entramado de la Asamblea.
Fotografías de la 11ª Asamblea del CMI en Karlsruhe (Alemania)