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“Haciendo que los más veteranos de entre los emisores de carbono y los contaminadores paguen a través de los impuestos —tal como pide la ecuménica Campaña de Zaqueo — sería posible recaudar los recursos críticos necesarios para abordar las causas profundas del cambio climático”, subrayó Athena Peralta, secretaria ejecutiva del programa del CMI para la justicia económica y ecológica, durante el evento.
“Es necesario que abordemos las causas profundas del cambio climático. Y ello implica, en última instancia, construir una economía diferente que satisfaga las necesidades de todos y cuide de nuestro hogar ecológico, que es uno solo”, concluyó Peralta.
La Iniciativa de Bridgetown busca movilizar fondos privados para financiar la transición climática y aumentar la resiliencia de los países. Sin embargo, Bhumika Muchala, de la Red del Tercer Mundo, planteaba la posibilidad de que la iniciativa cayera en repetir los mismos viejos esquemas, creando nuevos acreedores y nuevos mecanismos de endeudamiento: “¿Son los principios de las finanzas privadas” —como la maximización del beneficio— “compatibles con la financiación de bienes públicos”, y, concretamente, de la protección del clima?, preguntó Muchala.
Liana Schalatek, de la Fundación Heinrich Boell, subrayó que la aportación de financiación climática por parte de los países ricos a los países vulnerables es una “cuestión de justicia climática”. Dado que más del 90% de la financiación climática consiste actualmente en préstamos, la cancelación total de la deuda debe formar parte de la solución. En otras palabras, “la justicia climática y la justicia de la deuda van de la mano”, añadió Schalatek.
Otro evento paralelo —en este caso virtual y coorganizado por el CMI, el Berkley Center for Religion, Peace, and World Affairs de la Universidad de Georgetown, el Foro Interreligioso del G20 y Jubilee USA— reunió a expertos, representantes de la sociedad civil y funcionarios gubernamentales para entablar conversaciones críticas sobre la financiación climática.
La Campaña de Zaqueo aboga por la justicia fiscal y la reparación, y reclama un sistema fiscal y económico mundial que ofrezca equidad y repare la explotación y la injusticia. Su propósito es introducir impuestos progresivos sobre la riqueza, frenar la evasión fiscal, implantar impuestos sobre el carbono y la contaminación, e imponer un impuesto sobre las transacciones financieras para frenar las actividades especulativas perjudiciales.
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