Como director palestino del instituto, Isaac trabaja por una Palestina sostenible. Considera que el territorio del área E1 es central para esa sostenibilidad por su potencial alto nivel de conectividad, desarrollo, turismo y recursos naturales. Pero el Gobierno israelí trata de llevar adelante un proyecto de asentamientos en E1 que cortaría en dos la contigüidad palestina en la Ribera Occidental. También absorbería el área beduina de Khan al Ahmar y grandes extensiones del valle del Jordán. A finales de febrero, el Gobierno israelí aprobó planes para construir más de 7000 nuevas viviendas para colonos en E1, el mayor número nunca autorizado en una misma operación.
¿Qué significa esto? “Esta última dirección que tomaron significa que los israelíes siguen totalmente adelante con la anexión del valle del Jordán”, dijo Isaac. “Niegan derechos al río Jordán y el mar Muerto, donde estábamos centrados en el turismo de salud”.
El turismo de salud no se limita a promover el bienestar, sino que genera ingresos para los emprendedores y las empresas palestinos. Los actuales planes de asentamiento en E1 dividirían el territorio en dos y cortarían el acceso a los palestinos en prácticamente todas las direcciones.
“Dado que se trata del lugar del planeta con menor elevación, atrae a muchos turistas”, explicó Isaac, que ha calculado cuánto dinero podría aportar esto a la economía palestina. “Sólo el turismo proporcionará 500 millones de dólares adicionales cada año”, dijo, “con 1,5 millones más al año de los minerales del mar Muerto”.
Isaac ha utilizado estos cálculos en un informe para exponer el inhóspito camino por delante si se permite que el asentamiento en E1 avance. “Perder ese trozo de terreno haría que los palestinos perdieran dos mil millones de dólares cada año”, dijo. “Queremos la viabilidad y la sostenibilidad de los palestinos, pero no es eso lo que quiere el Gobierno de Israel”.
“Velas en la oscuridad de la ocupación”
Si continúa esta dirección, Isaac cree que los palestinos simplemente serán expulsados del territorio, y que sus hijos y nietos no tendrán futuro.
Es por eso que está decidido a seguir trabajando por una Palestina sostenible. “Es mi visión, e insistiré en que heredamos esta tierra de nuestros antepasados, y tenemos que darla a nuestros hijos y nietos para que puedan tener un futuro”, dijo. “Me aferro a continuar nuestro trabajo”.
En definitiva, Isaac quiere un país libre. “Quiero ser como todos los demás, poder desplazarme, y construir y plantar árboles donde queramos, ya sea en el área E1 o en otro lugar”, dijo.
“Estamos trabajando con las comunidades marginadas y vulnerables”, dijo. “Estamos marcando la diferencia”.
Al brindar asistencia a instituciones, cooperativas, agricultores y familias, el Instituto de Investigación Aplicada de Jerusalén contribuye a que las personas consideren prácticas sostenibles como el sistema de hidrocultivo y la energía solar, por mencionar sólo dos de muchas.
“Estamos logrando cambios en los medios de subsistencia de las personas a pesar de la contracción del espacio”, dijo. “Por ejemplo, luchamos contra el cambio climático plantando árboles y usando después sistemas de captación de agua”.
“Para mí, es como encender velas en la oscuridad de la ocupación”, reflexiona. En el curso de su trabajo sobre el terreno, le produce mucho dolor ver olivos destruidos por los colonos israelíes. “Para nosotros, un olivo es como un bebé”, dijo. “Tengo dieciséis olivos en mi jardín”.
Ha plantado personalmente cada uno de ellos, y le preocupa que algún día los árboles sean destruidos. “No es una cuestión de dinero para mí, sino de la relación orgánica que tengo con estos árboles”, dijo. “No quiero perderlos”.
Cuando ve a agricultores que pierden sus olivos –a algunos les prenden fuego los colonos–, se pone a pensar de inmediato en dónde obtendrá dinero para replantar los árboles.
“Algunos en Israel están tomando nuestro mundo”, dijo. “¿Qué haces?”.
Ahora mismo, Isaac hace lo que puede con las tierras que ha dejado para los palestinos. “En cualquier parcela de tierra que sea viable, incluso en zonas urbanas, ahora podemos usar la agricultura inteligente”, dijo. “Incluso en 15 m2, puedes plantar tus propios guisantes, rábanos, espinacas, todas estas cosas”.
Más cifras para la esperanza: Isaac ha enseñado a la gente a producir unas cincuenta lechugas en un metro cuadrado. “Eso es autosuficiencia”, dijo. “Esto es sagrado”. Espera llevar su visión al área E1 y convertirla en una zona de desarrollo y generación de ingresos para los palestinos.