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Indigene beim COP 20 in Lima. © Lutherischer Weltbund/Sean Hawkey

La justicia climática ha sido el eje central de la estrategia de defensa de los derechos humanos del Consejo Mundial de Iglesias (CMI) en la vigésima Conferencia de las Partes (COP) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), que concluyó el pasado 12 de diciembre en Lima (Perú).

El objetivo general de la participación del CMI en la CMNUCC fue ampliar y profundizar en la discusión y el entendimiento sobre el cambio climático y los derechos humanos.  En el evento paralelo oficial de la COP 20, en reuniones con delegaciones gubernamentales y en las actividades que tuvieron lugar durante la Cumbre de los Pueblos, las iniciativas del CMI han contribuido a la concienciación sobre la justicia climática y a apoyar la labor de otras organizaciones y redes.

"La amenaza del cambio climático para los derechos humanos: desafíos e iniciativas" fue el tema de uno de los eventos paralelos celebrados el 10 de diciembre en el marco de la COP 20, promovido por el CMI en colaboración con Religiones por la Paz, la Oficina Cuáquera ante las Naciones Unidas, el Centro para el Derecho Ambiental Internacional, Earthjustice y Friedrich-Ebert Stiftung.  El evento se inspiró en la convicción de que el impacto creciente del cambio climático antropogénico representa una seria amenaza para la humanidad y el entorno natural, poniendo gravemente en peligro los derechos humanos y la vida en la Tierra.

John Knox, un experto independiente de la ONU sobre medio ambiente y derechos humanos, y uno de los ponentes invitados al evento, está convencido de que los mecanismos de derechos humanos son una herramienta útil para la labor sobre el cambio climático y para esclarecer los términos de las políticas climáticas.  «Las leyes relativas a los pueblos indígenas también pueden tener un impacto en los refugiados climáticos», afirmó.

La razón de la continua participación del CMI en el proceso iniciado por las Naciones Unidas sobre el cambio climático se basa en la búsqueda de la justicia, la ética, la solidaridad, la igualdad y el amor cristiano.  Estos valores fundados en la buena Creación de Dios, en el medio ambiente, en la relación con el prójimo y en la preservación de la vida en todas sus formas en nuestro planeta se afirmaron a través de las actividades del evento.  Durante los  últimos veinte años, el CMI ha luchado para llevar las voces de los marginados a la mesa de las negociaciones internacionales, abogando por una vida destinada a ser vivida con justicia y dignidad.

El testimonio de Victoria Tauli-Corpuz, relatora especial de la ONU sobre los derechos de los pueblos indígenas, puso en evidencia cómo la ausencia del Estado en la causa de los pueblos indígenas es un aspecto que aumenta directamente el potencial de destrucción del medio ambiente.  «Las voces que he escuchado aquí en la COP 20 nos muestran que se viola la integridad del medio ambiente cada día y que los pueblos indígenas son los principales afectados en casi todos los lugares en los que el entorno natural está siendo destruido», declaró.

Obrar por la justicia climática

Las palabras de Victoria Tauli-Corpuz inspiraron al Rev. Henrik Grape, responsable del desarrollo sostenible en el seno de la Iglesia de Suecia y miembro de la delegación del CMI en las conversaciones sobre el cambio climático de las Naciones Unidas en Lima.  El Rev. Grape también fue uno de los ponentes a los que se invitó para compartir información sobre las razones por las que el CMI y sus iglesias miembros ponen la justicia climática en el centro de las negociaciones sobre el cambio climático.  «Los más afectados por el cambio climático son aquellos que menos contribuyen a él. A largo plazo, nadie saldrá ganando si no logramos disminuir la curva de las emisiones y la explotación de los recursos naturales, que se sigue incrementando.  Hoy afecta a los más desfavorecidos, pero mañana, cuando se tenga que emplear una parte cada vez mayor de la economía en inversiones para garantizar las infraestructuras y otras instituciones, afectará también a los países desarrollados», fue su reflexión.

Durante una conferencia de prensa celebrada tras el evento paralelo en colaboración con la Universidad Espiritual Mundial Brahma Kumaris, el Dr. Guillermo Kerber, encargado del programa del CMI sobre Cuidado de la Creación y Justicia Climática, recordó que algunas organizaciones de las Naciones Unidas y otras organizaciones internacionales ya están realizando una labor por la justicia climática.

«La Organización Internacional de las Migraciones y el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados han establecido grupos de trabajo sobre las personas desplazadas por el cambio climático; la Organización Mundial de la Salud ha dedicado varias de sus asambleas a los efectos del cambio climático en la salud, y el Consejo de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas ha adoptado varias resoluciones sobre el cambio climático y los derechos humanos», afirmó Guillermo Kerber.

El mismo día, los representantes de la delegación del CMI se reunieron con la Dra. Aileen McLeod, Miembro del Parlamento Escocés (MSP), y ministra para el medio ambiente, el cambio climático y las reformas agrarias. El gobierno escocés ha adoptado el tema de la justicia climática y cuenta con un fondo para la justicia climática destinado a los países con los que Escocia tiene relación.

El tema de la justicia climática también está muy presente en el documento principal utilizado por la delegación del CMI durante la COP 20, la declaración final de una cumbre interreligiosa organizada por el CMI y varias organizaciones asociadas el pasado mes de septiembre en Nueva York.

La relación entre el cambio climático y los derechos humanos ha sido también el tema central de un taller organizado por el CMI en la Cumbre de los Pueblos frente al cambio climático, la iniciativa de la sociedad civil desarrollada en paralelo a la COP 20. Esta iniciativa se llevó a cabo en colaboración con la Federación Universal de Movimientos Estudiantiles Cristianos de América Latina y el Caribe, y con la Universidad Espiritual Mundial Brahma Kumaris.

La COP celebrada en Lima tiene la difícil tarea de realizar progresos significativos en las negociaciones para que la COP 21 que se celebrará en París el próximo año apruebe un acuerdo justo, ambicioso y vinculante que responda de manera eficaz a las causas y los efectos del cambio climático.

Las voces religiosas en la COP 20 han tratado de influir sobre los aspectos concretos de la CMNUCC subrayando las cuestiones éticas y espirituales que plantea el cambio climático, que afecta especialmente a las comunidades más pobres y vulnerables. Entre estas voces están las de los miembros de la Alianza ACT, que participan activamente en las diferentes fases de las negociaciones: adaptación, reducción, fondo contra el cambio climático, daños y pérdidas, etc. El objetivo es presionar a los Estados partes para llegar a un acuerdo en cuanto a medidas que respondan de manera eficaz a la amenaza del cambio climático. La campaña Act now for climate justice (actúa ahora por la justicia climática)  apoya estos esfuerzos para ejercer presión expresando la necesidad urgente de justicia climática en las negociaciones mediante iniciativas creativas.

COP 20: las iglesias refuerzan el compromiso ecuménico por la justicia climática (comunicado de prensa del CMI del 10 de diciembre de 2014).

La Conferencia de Lima sobre cambio climático - Diciembre 2014

La declaración final de la Consulta interreligiosa sobre cambio climático 2014

Labor del CMI sobre el cuidado de la Creación y  la justicia climática