“¿Qué pasa cuando hacemos una peregrinación, una peregrinación de justicia y paz, con personas que comparten nuestros valores pero que pueden o no aceptar la institución de la iglesia? Y, ¿qué significado tiene estar haciendo una peregrinación de justicia y paz cuando la siguiente generación comparte nuestra preocupación por la justicia y la paz, y quiere seguir a Dios, pero no comparte nuestra idea de la espiritualidad como algo delimitado por la iglesia y la tradición?”
Estamos a mediados de septiembre, y la Dra. Isabel Apawo Phiri, secretaria general adjunta del Consejo Mundial de Iglesias (CMI), es la oradora principal en una consulta organizada por el CMI en Coatbridge (Escocia), sobre el tema “Espiritualidad, culto y misión: la búsqueda de la espiritualidad ecuménica de la peregrinación de justicia y paz”.
Cristianos de todo el mundo se dieron cita en Coatbridge del 19 al 24 de septiembre para pasar días haciendo reflexiones bíblicas, intercambiando experiencias, orando y trabajando juntos. La Rev. Dra. Ester Pudjo Widiasih, secretaria ejecutiva del programa del CMI para la vida espiritual, explica el por qué del evento: “nos hemos reunido para celebrar esta consulta motivados por la necesidad de encontrar una definición práctica de la espiritualidad –o las espiritualidades– de la peregrinación de justicia y paz, inspirados por el documento de la Comisión de Misión Mundial y Evangelización del CMI Juntos por la vida. Pero más allá de limitarnos a buscar una espiritualidad ecuménica, sobre todo, estamos explorando la idea de la espiritualidad transformadora”.
“Una peregrinación, especialmente una peregrinación cristiana de justicia y paz, consiste en caminar, cambiar, moverse”, dice el hermano Guido Dotti, de la comunidad monástica de Bose (Italia). “La identidad de cada cristiano, de cada ser humano, es algo que se forma día a día al confrontarnos con los demás –los que recorren con nosotros una parte de nuestra peregrinación y los que se cruzan en nuestro camino– y con la palabra de Dios. Si pretendemos conservar nuestra identidad intacta desde el principio de la peregrinación hasta el final, pasaremos por alto el objetivo de la peregrinación”.
Ester Widiasih continúa diciendo: “creo que el sentido de la peregrinación de justicia y paz es la unidad; es caminar, trabajar y orar juntos. Como iglesia, siento que tenemos que replantearnos la actitud habitual de que siempre estamos dando, dando a los marginados o a los pobres, por ejemplo. Y, a menudo, la realidad es que en nuestras conversaciones no incluimos a las personas que están en los márgenes. En cambio, en la peregrinación de justicia y paz queremos trabajar con ellos, y rebatir la idea de que no tienen nada que darnos a cambio”.
“Cuando hablamos de la misión desde los márgenes”, dice la secretaria ejecutiva de Misión y Evangelización, la Dra. Katalina Tahaafe-Williams, quien informó a los asistentes a la consulta sobre la espiritualidad de los pueblos indígenas, “hablamos de grupos que suelen ser excluidos. Por eso es esencial que en la peregrinación de justicia y paz incluyamos las voces de los grupos marginados, como los pueblos indígenas, porque ellos constituyen un recurso: aportan experiencias, y formas de hacer, ser y vivir que realmente ayudarían a definir lo que debería ser la espiritualidad para todos los pueblos de Dios”.
El Rev. Dr. Martin Johnstone, líder de la peregrinación y secretario del Consejo de la Iglesia y de la Sociedad de la Iglesia de Escocia, añade: “creo que, normalmente, cuando pensamos en la manera en que llevamos nuestra espiritualidad a los márgenes, pensamos en tomar algo del centro y llevarlo hasta los márgenes. Pero si queremos descubrir otro tipo de espiritualidad, estoy convencido de que necesitamos reconocer la espiritualidad de quienes están en los márgenes. Creo que esa es con frecuencia una espiritualidad de fragilidad, en la que reconocemos nuestra fuerza en nuestra vulnerabilidad; en nuestra debilidad. En lugar de ser un problema, esa puede ser una manera de seguir a Jesús, al Jesús que prefirió la fragilidad a la fuerza”.
Ester Widiasih concluye afirmando: “creo que lo más importante que debemos extraer de esta consulta es la esperanza de definir una espiritualidad que dé vida, que deje atrás el egocentrismo y la separación entre la espiritualidad y nuestra vida diaria. Aunque la espiritualidad es, en cierto modo, algo personal, no debe ser solo algo entre Dios y yo; espero que podamos encontrar una espiritualidad que también sea comunitaria y esté conectada con la red de la vida”.
La peregrinación de justicia y paz del CMI
La espiritualidad y el culto en el contexto ecuménico
Perpectivas ecuménicas sobre misión y unidad
Juntos por la Vida: Misión y evangelización en contextos cambiantes (en inglés)