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Representantes de organizaciones cristianas y de la ONU en la reunión del CMI sobre el Ébola, que se celebró en Ginebra, Suiza.

Representantes de organizaciones cristianas y de la ONU en la reunión del CMI sobre el Ébola, que se celebró en Ginebra, Suiza.

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Para responder a la crisis del Ébola en África occidental, lo que ya ha tomado más de 3.000 vidas, el CMI reunió a representantes de organizaciones cristianas de ayuda y organismos de las Naciones Unidas para que aprendan unos de otros y aumenten sus esfuerzos.

La consulta del CMI, realizada 29 de septiembre en Ginebra, Suiza, afirmó un papel mayor de las iglesias y organizaciones basadas en la fe para ayudar a detener la epidemia.

La crisis del Ébola en África Occidental es la más grande de su tipo desde el estallido de 1976. Más de 6.200 personas han sido infectadas con el virus en los países gravemente afectados, tales como Guinea, Liberia y Sierra Leona, según informes de la Organización Mundial de la Salud (OMS) . Se estima que el número de personas infectadas podría superar 1 millón en enero de 2015.

Una reciente reunión de la ONU en Nueva York ha instado enérgicamente a aumentar los esfuerzos para detener el Ébola, dándole el nombre de una "crisis de salud pública" y una "amenaza a la paz y la seguridad."

Dr. Pierre Formenty, epidemiólogo y coordinador de la campaña de la OMS contra el Ébola, al dirigirse a la consulta del CMI, explicó cómo apareció el virus Ebola, por primera vez en la República Democrática del Congo. "A pesar de una buena respuesta, el número de personas afectadas se ha incrementado en el gráfico estadístico", dijo.

"Esta es una situación donde todo el mundo tiene que trabajar en conjunto: los políticos, los medios de comunicación, las comunidades y las organizaciones basadas en la fe. Todos tenemos que hacer algo. Si uno falla, todo el mundo va a fracasar", dijo Formenty.

"En esta situación las organizaciones de fe en África tienen un enorme papel que jugar ".

Los participantes insistieron en que las iglesias y otras comunidades religiosas no sólo tienen un alcance constante e influyente junto a las poblaciones de base para ofrecer consejos prácticos acerca de las prácticas seguras de higiene y funerarias como también pueden dirigirse directamente a las raíces culturales y religiosas más profundas de estigma y discriminación generalizadas que han acompañado a la epidemia.

Dr Gisela Schneider, del Instituto Alemán para la Misión Médica, que estaba en Liberia hace unas semanas, compartió las observaciones de su visita. "Hospitales cristianos son muy vulnerables", dijo. "Esto es por qué el 'mantener la seguridad, seguir trabajando' es un lema importante que promovemos junto a los agentes de salud de los hospitales cristianos. Ella dijo que "las personas que trabajan sobre el terreno necesitan mucho estímulo, formación, tutoría y apoyo".

Schneider agregó que si bien es importante aumentar los servicios de salud que llegan al nivel de los hogares, "es crucial empoderar a las comunidades locales a cuidar de sí mismas."

El Dr. David Nabarro, Enviado Especial del Secretario General de la ONU para el Ébola, se unió a la consulta a través de Skype, desde la ciudad de Nueva York. Él compartió detalles de la estrategia de las Naciones Unidas y las acciones para hacer frente a la crisis del Ebola en colaboración con los gobiernos locales y los organismos internacionales.

Nabarro también mencionó un incremento en los esfuerzos del Consejo de Seguridad y el compromiso de la Unión Africana en el trato con el impacto de Ebola.

Nabarro añadió que "la lucha no es sólo para prevenir el virus, pero tener en cuenta los efectos a largo plazo que arriesgan la estabilidad de la economía y las comunidades". En muchas zonas, las actividades agrícolas han llegado a su fin debido al temor a la Ebola.

Nabarro sostuvo que para formular una respuesta eficaz es importante empoderar a las mujeres, curanderos tradicionales y trabajadores de la salud sin ponerlos en riesgo. Dijo que las iglesias y las organizaciones religiosas tienen un papel enorme a la hora de tratar con los aspectos emocionales, psicológicos y espirituales de la vida de las personas, involucrándolos en las cuestiones de la vida y la muerte.

La lucha contra el Ébola y el apoyo a las comunidades

Christoph Benn, del Fondo Mundial, dijo que "el CMI, las iglesias y las organizaciones ecuménicas deben asumir la responsabilidad de no sólo ayudar a frenar la enfermedad, pero tambien de comunicar el mensaje correcto, en la sensibilización y en el desafio al estigma asociado al Ébola".

Benn es ex asesor del CMI para el programa sobre la salud y la curación.

La consulta también puso de relieve la santidad y dignidad de los muertos durante los rituales funerarios, una ocasión que supone un alto riesgo de propagación de la enfermedad. Los oradores dijeron que si bien es necesario para prevenir la propagación del virus, el apoyo a las familias y las comunidades es también esencial.

Se hizo hincapié en que las mujeres deben ser empoderadas en su respuesta al Ébola. El impacto del virus sobre todo en los niños y las mujeres fue ampliamente debatido en el evento, después de una presentación del Dr. Ketan Chitnis, de UNICEF. Las estadísticas que compartió en la consulta mostraron que 4,5 millones de niños menores de cinco años viven en zonas afectadas por el virus del Ébola. Los niños y las mujeres constituyen el 75 por ciento de los sobrevivientes y víctimas. Basándose en esta información, se compartieron ideas sobre la colaboración entre el CMI y las organizaciones ecuménicas de la mujer.

El secretario general del CMI, Rev. Dr. Olav Fykse Tveit, en su discurso, dijo que el CMI facilitará sus iglesias miembros y las organizaciones basadas en la fe en la comunicación de información vital y "mensajes que afirmen la vida", respectando a la cultura y las tradiciones locales.

"Iglesias y comunidades religiosas tienen un papel dinámico que desempeñar para abordar los problemas del estigma, promoviendo mensajes de prevención y ceremonias y rituales funerarios alternativos compasivas". Él dijo que las iglesias deben proporcionar orientación psicosocial y pastoral a los miembros de la familia traumatizados, así como apoyar el trabajo de los proveedores de atención de la salud.

Tveit añadió que "los servicios de salud cristianos deben fortalecerse a través de acompañamiento y más recursos en el apoyo y los servicios de manera que sean capaces de funcionar de maneras viables y prácticas en estas circunstancias."

La consulta del CMI reunió a participantes de varias organizaciones, incluyendo la OMS, UNICEF, ONUSIDA, la Alianza ACT, la Federación Luterana Mundial, Caritas Internationalis, Fondo Mundial, Organización Internacional para las Migraciones, la Federación Universal de Movimientos Estudantiles Cristianos, la YWCA Mundial y la Organización Internacional del Trabajo.

 

 

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