Los medios de comunicación pueden desempeñar un papel positivo en la creación de actitudes de tolerancia y de una mayor comprensión, en circunstancias en que el racismo puede exacerbar situaciones ya de por sí delicadas; cuenta el director de una organización mundial cristiana dedicada a los derechos de comunicación.
“La cobertura mediática negativa contribuye a crear un entorno en el que todo vale, donde el fanatismo parece estar oficialmente permitido y legitimado”, dice Philip Lee, secretario general de la Asociación Mundial para la Comunicación Cristiana (WACC, por sus siglas en inglés). “La percepción que la gente tiene de sus vecinos o de los recién llegados de otros países, que aparecen en los medios de comunicación o en las redes sociales, es decisiva en la forma en que responde a las cuestiones de justicia social”.
Philip Lee, quien desde hace tiempo defiende una cobertura fundamentada e incluyente en los medios sobre los asuntos relacionados con los derechos humanos y la paz, hizo sus comentarios tras una reunión que tuvo lugar hoy, en Ginebra, para conmemorar el 50º aniversario de la WACC.
El encuentro fue organizado por el departamento de comunicación del Consejo Mundial de Iglesias (CMI), durante una reunión del Comité Central de la organización, y coincidió con la celebración del 70º aniversario del CMI.
La cobertura que se hace de las cuestiones relacionadas con los desplazamientos masivos de refugiados y migrantes es una cuestión central del mandato de la organización de derechos de comunicación, fundada en Oslo en 1968, tras la fusión de dos organizaciones cristianas de comunicación. Sus principios fundacionales eran que los responsables de los medios de comunicación debían dar voz a la rendición de cuentas democrática, a noticias equilibradas y a la diversidad cultural, en lugar de estar al servicio de intereses comerciales o bajo el control de los gobiernos.
En la asamblea del CMI celebrada en Uppsala ese mismo año, se abordó la cuestión del papel de los medios de comunicación, cuenta Lee. “Los medios tuvieron una presencia masiva en la asamblea. La cuestión era definir en qué forma podían desempeñar un rol positivo en la sociedad”.
Quince años más tarde, en 1983, en la asamblea del CMI en Vancouver, la WACC colaboró con el CMI en la creación de una declaración llamada “Comunicar de forma creíble”.
“Hoy, se vuelve a plantear la misma pregunta sobre lo que es una comunicación creíble”, señala Lee. “Por ello, se le ha pedido a la WACC que analice las redes sociales y la cuestión ética de las intenciones de los autores de las publicaciones en las redes sociales que alimentan el racismo y la intolerancia ya presentes en la sociedad”.
La creciente intolerancia hacia los refugiados y los migrantes en Europa llevó a la WACC a iniciar un proyecto de investigación y sensibilización con la Comisión de las Iglesias para los Migrantes en Europa, en 2017. El informe de ese proyecto, “Refugees Reporting” (La información sobre los refugiados), defiende los derechos en materia de comunicación de los refugiados que buscan un paso seguro para cruzar los países europeos.
La directora de comunicación del CMI, Marianne Ejdersten, dice que hay una necesidad apremiante de más acciones de sensibilización de este tipo en el ámbito de la comunicación. “La WACC era necesaria en la etapa posterior a Uppsala, y es aun más necesaria hoy”.
En respuesta a los comentarios de Marianne Ejdersten, Lee puntualizó: “Hay una grave crisis en Europa y en otros lugares del mundo. Tenemos que crear conciencia sobre los roles negativos y positivos de los medios de comunicación en la sociedad. La WACC considera que la iglesia y los medios de comunicación laicos deben ser críticos y, al mismo tiempo, velar por un tratamiento equilibrado de las cuestiones de justicia social”.
Comunicado de prensa de la WACC sobre el informe “Refugees Reporting”